Bignami / Bellon | El futuro explicado a los niños | E-Book | sack.de
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E-Book, Spanisch, Band 6, 178 Seiten

Reihe: Las Tres Edades / Nos Gusta Saber

Bignami / Bellon El futuro explicado a los niños

E-Book, Spanisch, Band 6, 178 Seiten

Reihe: Las Tres Edades / Nos Gusta Saber

ISBN: 978-84-16120-05-5
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)



¿Está prevista una misión humana a Marte?¿Cómo se captura un cometa? ¿Cómo es el centro de la Tierra? ¿Existen los extraterrestres? ¿Es posible enseñar a nuestro cuerpo a curar las heridas? ¿Conseguiremos viajar en el tiempo? ¿De qué está hecho el Universo? ¿Cómo serán los videojuegos del futuro? ¿Seremos los seres humanos sustituidos por robots? ¿Cuáles son los descubrimientos científicos que cambiarán nuestras vidas en el próximo medio siglo?
En este libro encontrarás algunas preguntas que te has hecho sobre el futuro y sus respuestas; con él, entenderemos mejor el presente e intentaremos conocer el futuro.
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El Curiosity, enviado por los norteamericanos en 2011, aterrizó en Marte en agosto de 2012. Es el rover más bonito que se ha visto jamás, más grande que el Spirit y el Opportunity, representantes desde 2003 de la segunda generación de robots marcianos, que tienen el tamaño de una mesa de cocina y son capaces de recorrer kilómetros y transmitir imágenes. Los sofisticados instrumentos del Curiosity fueron construidos en un laboratorio francés de Toulouse. Cuando el vehículo espacial que lleva a bordo el rover llegue a su destino, desacoplará sus seis ruedas, que aterrizará sin problemas gracias a un sistema llamado «grúa del cielo». En cuanto toque el suelo y abra los paneles solares empezará a chirriar (por así decirlo, porque las ruedas están hechas de un aluminio especial). La NASA está organizando una misión de exploración llamada Maven (Mars Atmosphere and Volatile Evolution) mediante una sonda espacial que será lanzada en noviembre de 2013 y entrará en la órbita de Marte. Sus objetivos científicos son estudiar la atmósfera marciana y el impacto de las partículas del Sol, medir los campos magnéticos de la ionosfera y la interacción con el viento solar. En 2016, el proyecto Exomars prevé la utilización de un rover para explorar la superficie marciana. El proyecto está firmado por la Agencia Espacial Europea (ESA) en colaboración con Rusia. Por primera vez, el rover está programado para excavar un agujero en la superficie de Marte con un taladro construido en Milán. Y a propósito de primeras veces, en 2022 está prevista la misión europeo-norteamericana Mars Sample Return, que tiene como objetivo recoger rocas y muestras del suelo marciano y por vez primera los traerá a la Tierra. Ojalá encontráramos antenas verdes, pero lo más probable es que haya bacterias o mohos incrustados en alguna roca o dentro de una grieta. No tan bonitos como ET, el afable extraterrestre de Spielberg, pero por lo menos una demostración de vida. Abundan –también en Europa, naturalmente– los cerebritos y los apasionados, pero faltan fondos para financiar las misiones y las investigaciones, además de para formar la generación de investigadores (la tuya) que podrá ocuparse de explorar Marte. De todos modos, lo importante es que alguien se ocupe de ello, por eso bienvenidas sean las colaboraciones internacionales: en el fondo, para los alienígenas (ya sean hombrecillos verdes, bacterias o mohos) los terrícolas somos todos iguales. ¿Marte está vivo o muerto?
Durante siglos hemos investigado a nuestro «vecino» imaginando su paisaje; cuando los telescopios nos permitieron verlo más de cerca, empezamos a tener la esperanza de advertir señales de vida, incluso a creerlo. Desde el momento en que mandamos las sondas pudimos descubrir que Marte tiene mucho que ofrecer y que un viaje a este planeta no nos dejaría insatisfechos. En él se encuentran el volcán más grande del Sistema Solar, un bellísimo gran cañón y desiertos fascinantes. Si andando por Marte nos topáramos con formas de vida, tendríamos la demostración de que esta ha surgido ya dos veces dentro de un sistema planetario, lo cual nos llevaría a pensar que el universo está lleno de vida. ¿Está prevista una misión humana
a Marte?
Hemos visitado la Luna seis veces entre 1969 y 1972, y después de Neil Armstrong otros once jóvenes norteamericanos han tenido la suerte de caminar sobre ella. La siguiente etapa será Marte. Para 2062.Y no esperemos solamente eso. La cuenta atrás ha comenzado: podrías ser tú el primero en poner el pie en la tierra roja, compuesta sobre todo de óxido de hierro. Si en marzo de 1934 alguien le hubiera dicho a la madre de Yuri Gagarin que veintisiete años después su hijo se iba a convertir en el primer hombre en el espacio, al visitante de la fábrica de la Unión Soviética lo habrían tomado por loco y echado a la calle sin contemplaciones. Pero seguro que la señora Anna Gagarina se habría acordado de ello el 12 de abril de 1961, cuando fueron corriendo a su campo de girasoles a decirle a gritos lo que había retransmitido Radio Moscú:Yuri Gagarin, a bordo del Vostok 1, era el primer ser humano que orbitaba alrededor de la Tierra. La historia se repite y eso es lo que le podría pasar a tu madre; podrías ser precisamente tú el que partiera hacia Marte: el niño que camine sobre el planeta rojo ya ha nacido. Lo más importante para llegar a Marte es el medio de transporte: desde luego no es posible viajar hasta allí con una lanzadera espacial, con la velocidad de curvatura del Enterprise, la nave espacial de la serie Star Trek, ni con nuestro viejo Shuttle, el transbordador espacial de propulsión química que utiliza combustibles sólidos o líquidos; no podríamos llevar la enorme masa de carburante necesario, y además, la velocidad generada por la propulsión química es limitada y tardaríamos varios años en ir y volver, sometiendo a una dura prueba a los astronautas, confinados en unos pocos metros cuadrados durante todo ese tiempo. ¿Podrías estar años y años en un habitáculo del tamaño del sótano de tu casa? Existe ya un proyecto de astronave de propulsión nuclear y está firmado por Carlo Rubbia, un físico italiano que ha sido galardonado con el premio Nobel. En este momento sería suficiente con encontrar a alguien que financiara la mayor empresa de la humanidad, que de todas formas tiene un coste inferior al patrimonio que invierten los seres humanos en guerras... Una astronave de propulsión nuclear utiliza energía allí donde nos la proporciona la madre naturaleza: en el núcleo del átomo. De hecho, se puede extraer energía del núcleo, formado por protones con carga positiva y neutrones con carga neutra, ligados unos a otros por la denominada fuerza nuclear fuerte, necesaria para mantener unidas las partículas con carga del mismo signo, que normalmente se rechazarían con violencia. Hay solo dos maneras de obtener energía del núcleo de un átomo: • rompiéndolo con un neutrón libre (fisión), como sucede en el centro de la Tierra, en el núcleo, y en una bomba atómica; • uniendo varios núcleos (fusión), como sucede en el interior de las estrellas. ¿Cómo se construye un motor
de fisión nuclear?
En realidad no es tan complicado. Probemos a dar la receta. INGREDIENTES: Una pizca de neutrones libres. Un vaso de núcleos de uranio, plutonio o americio. Un tubo de 5-10 metros de largo y 1 metro de diámetro. Una boquilla (es decir, un agujero para que salgan los gases de descarga, como el tubo de escape de un coche). Hidrógeno a 1 atmósfera de presión: con esto basta. PREPARACIÓN: Toma un neutrón libre y golpea con fuerza un núcleo pesado de un elemento de la tabla periódica de los elementos. Tiene que ser pesado, es decir, tener una masa muy elevada. En nuestro caso, nos sirven el uranio con un peso atómico de 238 y el plutonio con 239, pero también el americio con 242. Cuando el neutrón golpea el núcleo, este último tiene bastantes probabilidades de romperse en dos pedazos, que llamamos fragmentos de la fisión. Estos fragmentos, que tienen una fuerte carga positiva, se rechazan con fuerza y escapan a gran velocidad transportando energía cinética. Ahora coloca el material fisible (uranio, plutonio, americio) en una fina capa sobre la superficie interna de un cilindro lleno de gas, por ejemplo hidrógeno. Los fragmentos que escapen hacia el interior serán detenidos por el propio gas, que como consecuencia se calentará. Si utilizas un buen material de fisión y un tubo de las dimensiones adecuadas, el gas puede alcanzar temperaturas muy altas, hasta rozar los 10.000 grados. Si después pones en una de las dos bases del cilindro una boquilla que permita salir el gas, habrás construido un estupendo motor de fisión nuclear. Desde luego, los ingredientes no se encuentran en el mercado, y unas estructuras de un material que resista semejantes temperaturas están todavía por inventar. Además, como el material fisible es radiactivo, por razones de seguridad será preciso enviarlo al espacio para montarlo en un taller situado, por ejemplo, en el punto de equilibrio gravitatorio entre la Tierra y la Luna (punto de libración). El material, incluyendo las piezas de la astronave para el viaje interplanetario, partirá con una lanzadera desde un puerto espacial terrestre, que deberá hallarse en una latitud compatible con la inclinación del plano de la eclíptica, en el que están todos los planetas. En el taller espacial, un equipo de ingenieros aeroespaciales montará la astronave. Pero no será suficiente. Necesitarás una flota espacial compuesta por medios TUG –o de apoyo– que acompañen tu nave a Marte y otros que te sirvan para descender al suelo marciano. En sus bodegas habrá material para la construcción de un campamento base en el planeta, víveres y aire para la tripulación, materiales para las transmisiones y piezas de repuesto. En...


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