E-Book, Spanisch, 304 Seiten
Reihe: GS
Laicado y misión
1. Auflage 2018
ISBN: 978-84-288-3210-6
Verlag: PPC Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
E-Book, Spanisch, 304 Seiten
Reihe: GS
ISBN: 978-84-288-3210-6
Verlag: PPC Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Durante los días 13-18 de febrero de 2017 se celebró en el Centro Internacional de Animación Misionera (Roma) un seminario sobre la relación entre laicado y misión. La iniciativa surgió como respuesta a la creciente preocupación de los responsables de la animación misionera en las comunidades cristianas y por el incremento de la incorporación del laicado a la cooperación misionera entre las Iglesias. El tema era objeto de continuas conversaciones entre los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias, que buscan algún tipo de respuesta a este fenómeno eclesial. La presencia del laicado en la actividad misionera de la Iglesia es cada vez más significativa, independientemente de los contextos sociales, eclesiales o culturales en los que se promueven. En las últimas décadas, Dios está suscitando vocaciones laicales a la misión. Por una parte, enviadas por las Iglesias locales y acogidas por aquellas otras Iglesias en formación. Es una hermosa realidad, un nuevo Pentecostés. Su atractivo, sin embargo, no oculta alguna de las carencias que pudieran estar socavando la vocación misionera de otros laicos igualmente llamados vocacionalmente para la misión. A nadie se le oculta que algunas urgencias evangelizadoras pudieran empañar la misma identidad laical de estos servidores del Evangelio. Se hace necesaria una reflexión teológica.
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PRESENTACIÓN
ANASTASIO GIL GARCÍA
Director Nacional de Obras Misionales Pontificias
España
En el Centro Internacional de Animación Misionera (CIAM) «Beato Paolo Manna» (Via Urbano VIII, 16, Roma) se ha celebrado durante los días 13-18 de febrero de 2017 un seminario sobre la relación entre laicado y misión. La iniciativa surge como respuesta a la creciente preocupación de los responsables de la animación misionera en las comunidades cristianas y por el incremento de la incorporación del laicado a la cooperación misionera entre las Iglesias. El tema era objeto de continuas conversaciones entre los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias (OMP), que buscan algún tipo de respuesta a este fenómeno eclesial, a la vez que se observa cómo el Centro «Beato Paolo Manna», dependiente del Consejo Superior de las OMP, puede ofrecer la necesaria estructura para profundizar en esta u otras cuestiones.
La presencia del laicado en la actividad misionera de la Iglesia es cada vez más significativa, independientemente de los contextos sociales, eclesiales o culturales en los que se promueven. En las últimas décadas, Dios está suscitando vocaciones laicales a la misión. Por una parte, enviadas por las Iglesias locales y acogidas por aquellas otras Iglesias en formación. Es una hermosa realidad, un nuevo Pentecostés. Su atractivo, sin embargo, no oculta alguna de las carencias que pudieran estar socavando la vocación misionera de otros laicos igualmente llamados vocacionalmente para la misión. A nadie se le oculta que algunas urgencias evangelizadoras pudieran empañar la misma identidad laical de estos servidores del Evangelio. Se hace necesaria una reflexión teológica.
Reflexión que interpela a pastores y a misionólogos. Los directores nacionales no hacen otra cosa que constatar la necesidad de clarificar la vocación misionera del laicado y de situar eclesialmente estas vocaciones nacientes en el compromiso de la misión ad gentes. Dilatar una adecuada respuesta a estos interrogantes podría ser la causa de reducir la grandeza de estas vocaciones laicales a la misión a un «funcionalismo» para atender urgencias de carácter social o pastoral, o residuar la actividad misionera del laicado en los ámbitos subsidiarios de clérigos o religiosos. Es decir, caer de nuevo en un clericalismo o funcionalismo claramente denunciado por el papa Francisco en su carta al cardenal Ouellet (19 de marzo de 2016).
Se hacía necesario dedicar un tiempo de reflexión y de diálogo académico entre investigadores, docentes y pastores sobre el tema del laicado y la misión, en la renovada eclesiología del Vaticano II, a la luz de la relación Iglesia-mundo, cuya identidad específica es la misión. Así se solicitó a la Secretaría General de la Pontificia Unión Misional (PUM), que desde el principio propició que un grupo reducido de personas pudiera realizar este trabajo, con la colaboración de algunos directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias.
Desde el principio se asumió una primera limitación exigida por la lengua. Permanecer varios días en diálogo abierto sobre cuestiones importantes suponía un esfuerzo mental grande al que no se debería añadir la lengua. Por ello el seminario se circunscribió al español, con la posibilidad de que pudieran participar un significativo grupo de países de América Latina. Esta determinación no impedía la participación de alguna persona de lengua italiana o portuguesa.
Estructura organizativa
La reflexión debía ser suficientemente flexible para que el diálogo nunca quedara restringido a debates dialécticos, que al final pueden ser estériles. Había que combinar la fundamentación teológica con la respuesta pastoral. La documentación bibliográfica es muy amplia y conocida, por lo que se pedía desde el principio tener muy presente para los debates las necesarias referencias al magisterio reciente de la Iglesia en documentos como Sacrosanctum Concilium, Lumen gentium, Gaudium et spes, Ad gentes, Apostolicam actuositatem, Evangelii nuntiandi, Christifideles laici, Redemptoris missio, Deus caritas est, Evangelii gaudium y a la mencionada carta del papa Francisco al cardenal Marc Ouellet, presidente del Pontificio Consejo para América Latina.
En la invitación a ponentes y participantes se les pedían dos esfuerzos que sin duda han sido la razón de ser de este seminario: permanecer en el seminario durante todo el tiempo. No era suficiente con la presentación de su intervención, por muy interesante que fuera. Era necesaria su presencia y participación activa, que hacía posible la creación de una convivencia fraterna y eclesial. A este esfuerzo de dedicación se sumaba la entrega con tiempo de un amplio esquema de su intervención, de modo que los participantes tuvieran la posibilidad de conocer anticipadamente para preparar en profundidad los debates. Exigencias que todos cumplieron con fidelidad, tanto ponentes como comunicadores.
La puerta de entrada a la experiencia fue dedicar el primer día a situar conceptual y metodológicamente el modo de proceder. Nada mejor para ello que la carta del papa Francisco al cardenal Ouellet como presidente del Consejo Pontificio para América Latina, cuyo argumento fundamental es la identidad y función del laico en la Iglesia y, por lo mismo, en la misión. Para lograr una acertada presentación del contenido de esta carta, los participantes tuvieron la oportunidad de escuchar al doctor Guzmán Carriquiry, secretario general de este organismo pontificio con funciones de vicepresidente. Esta apertura del seminario fue completada por el profesor Eloy Bueno, que describió el marco teológico-eclesial del tema que debatir, después de la justificación del encuentro, realizada por el profesor Fabrizio Meroni, director del CIAM y secretario general de la PUM.
Cruzado el umbral, durante cuatro mañanas consecutivas tomaron la palabra prestigiosos teólogos para desarrollar la dimensión secular del laico (profesor Villar), la dimensión eclesial (profesor Madrigal), la dimensión misionera (profesor Bueno) y los ámbitos donde estas dimensiones puede y deben servir a la misión (profesor Raschietti). Las intervenciones de los cuatro teólogos facilitaron la posibilidad de entrar en un hondo debate en el que los moderadores hacían el esfuerzo de reconducir las intervenciones para ajustarse a las cuestiones planteadas, ya que la tentación de la dispersión era evidente. Por su parte, la labor de los secretarios fue determinante para preparar con acierto la puesta en escena de las conclusiones finales.
Ancladas en la temática propuesta por el ponente, la tarde daba ocasión para la reflexión sobre algunos de los aspectos relacionados con la temática matinal. Era el momento de la presentación de las comunicaciones, a cargo de personas más relacionadas e implicadas en la acción misionera o pastoral. La diversidad en las intervenciones, los acentos particulares de los comunicadores, modulados en la mayoría de los casos por su condición laical, los contextos sociales y eclesiales de cada uno de ellos, introducían aspectos y valores que enriquecían el debate, por otra parte más reducidos tanto en el tiempo como en el contenido.
De esta manera se llegó al epílogo final, reservado para el último día, rico en contenido y esperanzador en el horizonte de un nuevo modo de entender la misión ad/inter gentes. Los directores nacionales de las OMP presentes, procedentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, España y Uruguay, fueron los encargados de moderar los debates sobre las ponencias y las comunicaciones, pero sobre todo de recoger las aportaciones para presentarlas en un primer momento en la mañana del sábado, de forma que se pudiera facilitar a la secretaría general de la PUM sus principales aportaciones. Aún no han podido ser recogidas y sistematizadas, pero es uno de los aportes de este seminario, que en el momento oportuno verán la luz, como sucede ahora con las ponencias y las comunicaciones editadas en el presente libro.
De la reflexión a la publicación
Los responsables del seminario agradecen la generosa colaboración de todos y cada uno de los participantes en el mismo. Puntualmente entregaron el texto de su intervención para que en un tiempo razonablemente corto pudiera ser publicado. El lector podrá comprobar las tres partes en las que se divide su contenido. La primera parte se inicia con la carta del papa Francisco y los correspondientes comentarios tanto al texto de la carta como al sentido y finalidad del seminario. La segunda parte integra el cuerpo sustancial de la obra, con las cuatro ponencias sobre el laicado y la misión. En la tercera y última parte se suceden, en el orden cronológico de su exposición, las ocho comunicaciones que completaban la reflexión de la mañana.
Desde el principio, la editorial PPC en España mostró su gran interés por incorporar a su fondo editorial las actas de este seminario. Hacía un año que PPC había editado un comentario al Decreto Ad gentes, con motivo del 50º aniversario de su...