E-Book, Spanisch, Band 140, 408 Seiten
Reihe: Impedimenta
Lem Astronautas
1. Auflage 2016
ISBN: 978-84-16542-41-3
Verlag: Editorial Impedimenta SL
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
E-Book, Spanisch, Band 140, 408 Seiten
Reihe: Impedimenta
ISBN: 978-84-16542-41-3
Verlag: Editorial Impedimenta SL
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
'Astronautas', jamás editada antes en castellano, es la primera novela que el maestro de la ciencia ficción, Stanislaw Lem, publicó en forma de libro. Tras haber pasado por múltiples contiendas y luchas sangrientas, en el siglo XXI la humanidad ha dejado atrás toda forma de capitalismo y ha logrado un equilibrio sostenible en el planeta. Colosales trabajos de ingeniería, como la irrigación del Sáhara o el control del clima con soles artificiales, dan cuenta del progreso de la especie. Durante uno de estos proyectos, en la siberiana Tunguska se halla un objeto que es identificado como un archivo extraterrestre. Tras lograr descifrar alguno de los datos que recoge, se descubren ciertos detalles alarmantes del viaje de una nave que debió de estrellarse en la zona. El Gobierno de la Tierra decide enviar la recién construida nave Cosmocrátor al planeta Venus, donde sus tripulantes localizarán los restos de una civilización infinitamente más avanzada que la nuestra. Lem reflexiona sobre la relación entre los humanos y la tecnología, la búsqueda aparentemente infinita de conocimiento y control, y los motivos que se ocultan detrás de estos intereses.
Stanis?aw Lem nació en la ciudad polaca de Lvov en 1921, en el seno de una familia de la clase media acomodada. Aunque nunca fue una persona religiosa, era de ascendencia judía. Aunque nunca fue una persona religiosa, era de ascendencia judía. Siguiendo los pasos de su padre, se matriculó en la Facultad de Medicina de Lvov hasta que, en 1939, los alemanes ocuparon la ciudad.
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Prefacio
El debut astronáutico de Lem por Jerzy Jarzebski Finales de los años cuarenta, principios de los cincuenta: Stanislaw Lem se encuentra en medio de una batalla en torno a su novela contemporánea El hospital de la transfiguración. La editorial sale a cada paso con nuevas objeciones de carácter ideológico. Que si no se ha mostrado el papel positivo del Partido Comunista a lo largo de la historia, que si el mensaje del libro no es suficientemente optimista… El autor se ve obligado a satisfacer las continuas peticiones de la editorial, y empieza a estar verdaderamente harto. En aquellos días, en una estancia suya en la Casa de Escritores de Zakopane, conoce a un tal Jerzy Panski, presidente de la Cooperativa Editorial Czytelnik, que, durante un paseo por las montañas de los Tatra, le convence de que escriba una novela de ficción científica polaca. ¿Y por qué no? En aquella época Lem tiene ya en su haber una novela fantástica de suspense, El hombre de Marte, publicada en la revista Nowy Swiat Przygód (Un Nuevo Mundo de Aventuras), y una serie de relatos en los que se ocupa de temas de las más recientes técnicas militares (El hombre de Hiroshima, La ciudad atómica, V sobre Londres). Además, el escritor está atravesando un período lleno de problemas económicos y personales: ha renunciado a defender su tesis de licenciatura en la Facultad de Medicina por temor a ser enviado forzosamente a una de las guarniciones militares de provincias. El así llamado Conversatorio Científico, en el que trabaja, acaba de ser cerrado por los guardianes de las buenas costumbres políticas. En esa situación, dedicarse a la ciencia ficción puede parecer simplemente una forma de resolver problemas más inmediatos. Por eso, Lem escribe Astronautas con cierta prisa y (al menos, al principio) sin preocuparse demasiado por el aspecto artístico. Desde ese punto de vista, Czas nieutracony (Tiempo no derrochado) fue un texto infinitamente mejor. Astronautas podría haber resultado una fantochada ocasional sin mayor repercusión, si no hubiera sido por su inesperado éxito. La novela arrasa entre el público, es traducida a varias lenguas extranjeras y, finalmente, adaptada al cine con el título El astro silente, película realizada conjuntamente por Polonia y Alemania Oriental. ¡Los editores y el público quieren más! En breve, sale a la luz la antología de relatos Sésamo, con los primeros episodios de Diarios de las estrellas y, después, el grueso volumen de La nebulosa de Magallanes, novela sobre el primer viaje transgaláctico del ser humano, publicada primero por entregas en la revista Przekrój. Así, Lem se convierte en el autor de ciencia ficción más leído de Polonia. ¿Qué fue entonces lo que tanto gustó a los lectores en Astronautas en 1951? Hoy es difícil entenderlo si no se conoce el contexto literario y cultural de aquellos años. El realismo socialista estaba en su apogeo, predominaban las llamadas «novelas de producción», que repetían hasta la saciedad el mismo esquema de la trama y los mismos recursos narrativos. Al hablar siempre de temas que tenían que ver con la puesta en marcha de plantas industriales, la construcción de edificios o de vías de ferrocarril, la creación de colectivos obreros socialistas y de «enemigos» desenmascarados, esas novelas estaban desprovistas por definición de cualquier fantasía, su mundo se diferenciaba de la cotidianeidad de los lectores solo porque en él todo ocurría de acuerdo con los planteamientos ideológicos del sistema. Por lo demás, era un mundo en el que la monotonía y la pedagogía iban de la mano. La situación del cine de la época del realismo socialista tampoco era mejor: una tras otra, se producían películas que con su mensaje didáctico parecían cuentos para niños. La película Sprawa do zalatwienia (Asunto por resolver), realizada entonces y repuesta hace poco en la televisión polaca, es una obra tan ingenua e infantil que cuesta creer que en aquellos mismos días en las cárceles se quebraran huesos y voluntades. Una cierta porción de esa ingenuidad exigida por los cánones de la época está también, sin duda, en la novela de Lem, que cae cada dos por tres en el didacticismo de declaraciones «positivas» sobre la misión de la humanidad, los rasgos de carácter deseables en los individuos, los comportamientos sociales adecuados, etc. También la primera mitad del libro está constituida por un tratado de divulgación científica que ocupa más de cien páginas. El contenido de ese tratado, sin embargo, aunque hoy puede parecer banal, en el momento de su publicación introducía al lector en un mundo nuevo e insólito. ¡Qué no habría allí: el meteorito de Tunguska, la historia de la construcción de cohetes, los principios de la cosmonáutica y, en ese ámbito, la detectivesca trama del descubrimiento de la «carta de las estrellas», que los investigadores consiguen descifrar con sospechosa facilidad (en La voz de su amo, escrita más de una década después, ya no se les dará tan bien)! A continuación, el autor describe con todo lujo de detalles un cohete espacial sirviéndose para ello del recurso de una charla divulgativa para colegiales, incorporada en el texto. De paso, como no podía ser de otra manera, aparecerán diseminados a lo largo de los capítulos iniciales comentarios sobre la felicidad universal que trajo a la Tierra la victoria del comunismo, y se hará especial hincapié en las grandes transformaciones de la superficie del planeta, que, tal como les encantaba hacer a los líderes soviéticos, consistían en revertir el curso de los grandes ríos, fundir el hielo de los polos, etc. Sin eso, el libro no habría tenido ninguna posibilidad de ser publicado y, además, las grandes construcciones del socialismo eran capaces de despertar la imaginación por sí mismas. Así pues, incluso el didacticismo de Astronautas era mucho más digerible que aquellas dichosas instrucciones para los mineros sobre cómo tenían que extraer el carbón, para los albañiles sobre cómo tenían que colocar los ladrillos y para todos sin excepción sobre cómo reconocer y delatar a enemigos, tema favorito de la «novela de producción». Digámoslo sin tapujos: el principio de la novela resulta hoy totalmente ilegible, y no es solo por el hecho de que las revelaciones técnicas que describe el autor suenen en nuestros días algo anticuadas. La ilegibilidad es más bien resultado de un tono insoportablemente pedagógico, de grandilocuentes sentencias morales y de las entonces obligatorias declaraciones a favor del régimen político. Seguramente ese fue el motivo por el que el autor se negó durante años a las propuestas de reedición del libro. Eso sí, a los revisionistas les aconsejaría controlar sus impulsos de denunciar al escritor. Al fin y al cabo, cosa habitual en las obras de Lem de aquella época, no encontraremos en Astronautas palabras de admiración hacia la Unión Soviética, no hay ni una sola mención al Partido Comunista y los capitalistas estadounidenses son criticados únicamente por su racismo y militarismo. Es más: en un país en el que un pequeño diccionario soviético de filosofía que llamaba a la cibernética «pseudociencia burguesa» era considerado fuente de sabiduría, Lem consiguió introducir subrepticiamente una gran cantidad de información sobre los ordenadores, que en el libro aparecen como la principal herramienta de trabajo de los científicos. Astronautas, por lo tanto, da al César lo que es del César (en aquellos tiempos resultaba imposible escribir de otra manera), pero al mismo tiempo filtra, de manera disimulada, importantes conocimientos totalmente prohibidos en la época. Esto permite al lector aguantar hasta la mitad de la novela, cuando la narración cambia por completo. Las descripciones de la superficie de Venus, aunque desacertadas desde la perspectiva actual, son muy plásticas y originales, y los relatos de las expediciones de los astronautas resultan emocionantes, especialmente en los fragmentos en los que el autor hace alarde de su conocimiento de las consecuencias prácticas de la curvatura del espacio y las paradojas topológicas. Astronautas es, de hecho, el primer libro de Lem en el cual los protagonistas viajan realmente al espacio e intentan conocer lo Diferente. El autor sale con nota de esa gran prueba de imaginación. Creo que aquellos para quienes la lectura de la novela fue el primer encuentro con la ciencia ficción «cósmica» debieron de seguir la historia con la respiración contenida. En Astronautas Lem se sirve de un recurso narrativo que empleará con frecuencia en sus obras posteriores. Para contar la historia utiliza a un narrador algo ingenuo, pero al mismo tiempo inteligente y valiente. Ese protagonista ideal de los relatos de Lem es o un médico o un piloto (el Robert Smith de Astronautas, el Pirx y el Hal Bregg de Retorno de las estrellas, el protagonista de...