Arbona | Puerta principal | E-Book | sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, 192 Seiten

Reihe: Literaria

Arbona Puerta principal


1. Auflage 2017
ISBN: 978-84-9055-845-4
Verlag: Ediciones Encuentro
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)

E-Book, Spanisch, 192 Seiten

Reihe: Literaria

ISBN: 978-84-9055-845-4
Verlag: Ediciones Encuentro
Format: EPUB
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Puerta principal es un cuaderno de notas que recoge lo que su autora observa, siente y piensa a lo largo de unos intensos meses que, marcados por la enfermedad, le permiten tener una mirada transparente sobre cosas y personas. Es el retrato de una conciencia herida por lo que le sucede, que busca compañía en amigos, poemas, hermosuras y conversaciones, en el Misterio. 'Leer un libro y sentir que ha sido escrito para uno es algo que sucede pocas veces en una vida lectora. Yo siento que Puerta principal ha sido escrito para mí porque la mirada de Guadalupe Arbona es la mía, solo que amplificada, más precisa, más poética y más elocuente'. Jesús Carrasco, autor de Intemperie 'Puerta principal es literatura porque tiene altura y calidad y forma y, sí, sobre todo porque tiene alma. Lo mejor: que el yo se desliza por sus páginas siempre en compañía'. Milagros Arizmendi 'Puerta principal no es novela, no es drama, no es poema, no tiene nombre; es un nuevo género, que crea la confianza humana en la escritura'. María del Carmen Bobes Naves 'Puerta principal abre una brecha de hermandad con hombres y cosas'. J.A. González Sainz, autor de Ojos que no ven

Guadalupe Arbona Abascal (Madrid, 1965) es crítica literaria, editora y profesora de Literatura en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesora visitante en las universidades de Harvard, Tampere (Finlandia), 'Sede Sapientae' y Nopoki (Perú). Su investigación se centra en la Literatura española del siglo XX y XXI y sus relaciones con otras literaturas. Entre sus libros publicados están Las llagas y los colores del mundo. Conversaciones literarias con José Jiménez Lozano (2011), El acontecimiento como categoría del cuento contemporáneo (2008), La perplejidad del héroe. Calas en la literatura del siglo XX (2001). Dirige la Colección de Literatura de Ediciones Encuentro desde 1990, en la que se han publicado grandes cásicos de la Literatura Universal: Flannery O´Connor, Chaim Potok, Ivo Andric, O. V. Milosz, T. S. Eliot. Es también directora de la página de José Jiménez Lozano, escritor con el que trabaja desde 2005. Ha sido presidenta de la Asociación para Investigación y la Docencia Universitas.

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FEBRERO
«Pero sobre todo hay un fenómeno que tensa el arco
vibrante de la vida humana, un fenómeno principal,
el alma común de cualquier interés humano, el resorte para
afrontar todos los problemas, es el fenómeno del deseo». (Luigi Giussani, Los jóvenes y el ideal, 1955) EL MUNDO NO ES JUSTO S. se quedó ciega el viernes. La operarán mañana. Me manda un mensaje de sonido y me dice que el mundo no es justo. Se podría consentir con sus palabras. Lo que me sorprende es que ella dice que no es justo no porque se haya quedado ciega, sino porque quiere ser madre. Entonces caigo en la cuenta y se lo digo: la justicia es que ella exista y quiera se madre. Por ahí, al menos, empieza, porque cómo iba a pensar de otro modo si ella se ha convertido en mi ahijada. La justicia empieza cuando se inicia a tejer un hilo que nos une en amorosa dependencia. ESOS SÍES Ayer comentaba con D. que una casa sin niños es una casa triste. Es así, pero sobre todo porque los niños son una fuente constante de aprendizaje. Esta tarde le digo a mi hija pequeña que si me acompaña a dar un paseo y lo acepta como si le invitase a un festejo, con verdadero regocijo. Son los últimos meses de esta inmediatez porque empieza a dejar de ser niña. Vendrán otras cosas, pero cuán necesarios son, para que el mundo siga mostrando su hermosura, estos síes inmediatos, confiados, abandonados. Leo un poema del libro que ayer mismo me regaló don José, Los retales del tiempo. Es distinta la anécdota, pero es igual. Su memoria se hace transparente: ¿DÓNDE VAMOS? «Como si fuese hace tantos años,
Me parece verla todavía
Llamándome, y luego
Tomarme de la mano.
‘¿Dónde vamos?’, pregunto.
Y ella calla y sonríe, pero
Más adelante, mamá me lo dirá, supongo
¡Seguro!». LA CANDELARIA Es una de las fiestas que más me gustan. Empiezan a alargar los días, hay más luz y ya empieza a oler a primavera. Es víspera de San Blas. EXILIO DE UN DÍA, EN SEGOVIA Día de asueto, día para ver cosas bonitas, pasear y alimentarse de belleza, de amigos antiguos antes de mi operación. Vamos a la casa de Antonio Machado: emociona imaginar su vida cotidiana, bastante solitaria y triste. Recuerdo sus versos: «¡Oh tierra ingrata y fuerte, tierra mía!
¡Castilla, tus decrépitas ciudades!
¡La agria melancolía
que puebla tus sombrías soledades!». Después a la Vera Cruz. Siempre me ha gustado esta iglesia tan redonda, tan oriental, en medio de la adusta Castilla. Otras iglesias románicas: San Millán, San Martín, Santos Justo y Pastor. En los pórticos: arpías aladas. Se me quedan grabadas, representan el engaño, los engaños. ¡Qué bien sabía el hombre medieval cómo parte de la vida consiste en liberarse de esos engaños crueles! En el Alcázar sueño en volver con g. pequeña. «A la vuelta, lágrimas.
Varias punzadas en el corazón.
Espero que no se pierdan en vano.
Desde luego, no dejan rastros tóxicos.
No es poco». UNA FOTO DE GUASAP Mi hermana A. ha puesto en su foto de perfil una foto mía. Me llena de emoción porque sé que lo ha hecho arrastrada por una com-pasión, un padecer conmigo. Así se expresa el afecto verdadero, en una suerte de identificación. UNOS PIMIENTOS ROJOS Esta mañana temprano he pelado unos pimientos rojos. Eran grandes, jugosos y espléndidos. Se han asado tan en su punto que ha sido fácil pelarlos: la piel transparente resbalaba entre mis dedos. Mientras lo hacía me he acordado de mi amigo E. porque hace unos días nos invitó a cenar y nos ofreció pimientos rojos, hechos con una receta especial que hacía su madre. Nos invitaba a adivinar los ingredientes. Nos faltaron tres. Su voz era la de una memoria entre dolorida y de celebración. Los pimientos ofrecidos, delicadamente presentados y hechos amorosamente, eran todo un memorial a su madre. Me acuerdo mientras paso mis pimientos por el agua del grifo y casi los acaricio. Seguro que E. ha hecho así y antes lo hizo su madre. He descubierto que la materia, las cosas, la preparación de una comida puede ser una caricia y un obsequio. Y ofrenda serán esta noche. LLAMADA TEMPRANA Ha llamado B. A las 7 de la mañana. Ha muerto su padre. Me entristece y me alegra. Me entristece ver el cadáver de un hombre que fue activo, vital, inteligente, con genio. Ahora parece nada y qué duro es mirar un cuerpo sin aliento. Toda la vida del padre está en la hija y en su certeza de que está en los brazos de un Padre bueno. Me alegra haber recuperado una amistad antigua después de 10 años de silencio. Siempre he pensado que lo que fue verdadero una vez en una relación no se pierde, pero el problema es que muchas veces ese retal de verdad no se ve adónde va. Pero en el caso de B. sí. Vuelve a recuperarse lo que fue al principio y es una alegría. CIELO NUEVO Ha bastado un viento suave desde ayer para limpiar el cielo. Hoy está azul, brillante, imponente. Ni las blancas estelas de los aviones resisten mucho tiempo. La intensidad del azul las expulsa. No me canso de mirarlo. ¿Qué es lo que ofrece? La belleza del ser. Antes de pensar, imaginar, soñar con los azules, se me regala este azul de Madrid. Estos azules de cada mañana. Ni Patinir, ni Vermeer, ni Chagall… los hallaron mejores. Y ya es decir. Escribo a B. y le digo que el cielo hoy hace honor a su padre. Miro el reloj y es justo la hora en que incineran su cuerpo. Hasta los ángeles se esconden para dejar que reluzca el azul sin distracciones: no es azul de despedida, lo es de recibimiento. UNA MATRIONA EN TIEMPOS DE CRISIS Pasan por delante de mí los once años durante los cuales ha estado trabajando M. con nosotros. Se ha acabado el dinero y tiene que irse al paro. Su trabajo ha sido precioso. También ella ha aprendido porque le hemos pedido mucho y ella ha dado mucho, sin medir, sin racanear, sin escatimar. Siempre ha estado dispuesta a aprender. En la conversación con ella, sale su historia, su madre, la muerte de su padre, sus hermanos, sus hijos. Todos cuelgan de ella. Es una mujer recia, inteligente, como una roca. También nosotros hemos colgado de ella. M. siempre a la sombra, siempre resolviendo, siempre sirviendo. Me recuerda a la Matriona de La casa de Matriona, de Solzhenitsyn. Es una Matriona a la hispánica, porque sin ella no hay padre, ni madre, ni hermanos, ni hijos, ni amigos. Ella es el pueblo. Gracias M. Ella es también hoy el rostro cruel y terrible de la crisis. La única esperanza es que no dejará de ser Matriona, a la hispánica. UNA PROMESA Hoy casi le prometo a S. que si no recupera la vista la llevaré a oír y sentir el mar. R. y yo volvemos de estar con ella de nuevo estupefactos e intrigados. En su vida y entorno todo apuntaba a la violencia y la desolación. ¿Quién la ha preservado? ¿Me haré muchas más veces esta pregunta? Espero que sí. Ya empiezo a contestarla: su abuela que le enseñó a rezar y le hizo saber de su dignidad. MANALIVE Lo que hace un hombre vivo a su alrededor es desordenar, cambiar, estimular, revolver,… es imparable. Basta pensar en alguien conocido que irrumpa con vitalidad en un ambiente recogido o haga su aparición en una habitación silenciosa. Se quiebra el silencio, se fija la atención en el recién llegado. La dinámica es que cuanto mayor es la vitalidad, tanto más se despierta la curiosidad y el revuelo. Así debía ser en tiempos de Jesús. Él era un manalive. ¿Sigue siendo así? ¿Se puede reconocer hoy del mismo modo? Parece que en esto que llamamos cultura cristiana se ha perdido esa frescura. ¡Cuántas cosas cristianas en nuestro mundo sin ese manalive! ¡Y cómo se le añora! Basta oír los testimonios de los cristianos perseguidos en Iraq para ver que ellos sí viven de una presencia viva. IÑAKI REKARTE Por tercera vez me cuenta R. la historia de Iñaki Rekarte, además C. me había pasado su vídeo hace unos meses. Es la historia de un etarra que estando en la cárcel por haber asesinado se enamora de una mujer —Mónica García de Paredes—. Después de haber matado y estado preso de lo que él llama la secta de ETA, se enamora de una enemiga, gaditana y trabajadora social en la cárcel. Todo empieza a cambiar: se rompe la jaula de la ideología, se quiebra la urna de pérfida cerrazón. Por la fisura del amor entra el aire de la realidad. Gracias al olor de una mujer, se percibe la peste del estercolero en el que está. Gracias a un hermoso rostro, se empieza a ver lo que la ideología impedía ver: lo real. Rekarte ha publicado un libro titulado Lo difícil es perdonarse a uno mismo en donde cuenta el origen de su cambio. R. insiste —y tiene razón— en que lo valioso en la vida sucede. Sucede así. Algo que entra en la vida, la remueve, la cambia, devuelve los sentidos y todo recomienza. Así fue la historia de Iñaki con Mónica. La misma dinámica tiene el cristianismo: un acontecimiento imprevisto que permite ver, oler, sentir todo de nuevo. UN SINGULAR TAPIZ En las salas de espera del hospital se ven muchas parejas de familiares iguales y diferentes. Las posibilidades son muchas: madre e hija, hermana y hermano, padre e hija, abuelo y nieta, abuela y nieto… Yo muy a menudo cumplo una de...



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