Balibar | La igualibertad | E-Book | sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, 496 Seiten

Reihe: Pensamiento Herder

Balibar La igualibertad


1. Auflage 2017
ISBN: 978-84-254-3734-2
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection

E-Book, Spanisch, 496 Seiten

Reihe: Pensamiento Herder

ISBN: 978-84-254-3734-2
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection



Esta obra reúne dos series de ensayos escritos a lo largo de un período de veinte años (1989-2009): unos, filosóficos, se ocupan de la enunciación y la institución de los derechos fundamentales durante el proceso de las luchas de emancipación de la modernidad; otros son intervenciones en la actualidad política francesa acerca de acontecimientos que tuvieron una repercusión mundial por los problemas que ponían de manifiesto (en particular, la prohibición de los 'signos religiosos' en los establecimientos escolares y los motines de los suburbios en 2005). Su punto de encuentro es una problemática de las antinomias de la ciudadanía en cuanto institución de lo político que, por su relación originaria con la democracia, se ve obligada de manera permanente a replantearse las condiciones de legitimidad y de transformación que le son propias. Su horizonte es un proyecto colectivo de democratización de la democracia, única alternativa al proceso de 'desdemocratización' puesto en marcha por la crisis del Estado nacional social y acelerado por la globalización neoliberal. El compendio incluye la reedición del ensayo de 1989, La proposición de la igualibertad, cuyas formulaciones están asociadas al punto de vista 'posmarxista' defendido por el autor en filosofía política, y culmina con un ensayo inédito sobre la 'co-ciudadanía', en el que aplica a la circulación de los migrantes los principios de una democracia sin exclusiones. Entre ellos se insertan varios ensayos críticos (sobre Rancière, Esposito, Poulantzas, Arendt y Laclau) que bosquejan una de las corrientes más significativas y actuales en filosofía de la democracia.

Étienne Balibar, (Avallon, Borgoña, 1942) se licenció en la Escuela Normal Superior de París, donde fue alumno de Louis Althusser. Se le considera uno de los máximos exponentes de la filosofía marxista francesa. Actualmente, es profesor emérito de la Universidad de París X-Nanterre y de la Universidad de California (Irvine), y profesor visitante en la Universidad de Columbia. Entre otras obras, publicó Para leer El capital,en colaboración con Louis Althusser, Roger Establet, Pierre Machere y y Jacques Rancière (1965); Spinoza y la política (1985); Raza, nación y clase, con Immanuel Wallerstein (1988); La filosofía de Marx (1993); La Crainte des masses. Politique et philosophie avant et après Marx, en 1997; Derecho de ciudad. Cultura y política en democracia (1997) y Nosotros, ¿ciudadanos de Europa? Las fronteras, el Estado, el pueblo (2001).

Balibar La igualibertad jetzt bestellen!

Autoren/Hrsg.


Weitere Infos & Material


1. La proposición de la igualibertad1 Me gustaría proponer algunas formulaciones que nos ayuden a orientarnos entre los presupuestos de una discusión característica de los años ochenta. A la vez materia de especialistas y objeto de estrategias en la opinión pública, esta discusión está marcada por la sustitución tendencial del tema de las relaciones entre lo político y lo social por el tema de las relaciones entre lo ético y lo político, y tal vez más profundamente por la reinscripción del primero en el segundo. Esta ve —a la «derecha», pero también a la «izquierda»— que la cuestión de la revolución da paso a la de la ciudadanía. A menos que, más profundamente, lo que esté en juego no sea una reformulación de la cuestión de la revolución en términos de ciudadanía, por tanto también de civismo y de civilidad, ya sea que se evoque una renovación de la ciudadanía (superando el simple reconocimiento de los derechos individuales), ya que se exprese la idea de una «nueva ciudadanía». Por eso no es sorprendente que un tema central de los debates en curso —poniendo aparte toda coincidencia de fechas y de aniversarios— involucre a la naturaleza, el desarrollo y el alcance histórico de la Revolución francesa, y más particularmente de su texto «fundador»: la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano de 1789, de la que se vuelve a cuestionar su significación y su tipo de universalidad. Cuando, a mi vez, concentro la atención en este texto, soy consciente del doble riesgo de apego al pasado respecto de las interpelaciones de la historia presente y de eurocentrismo, o incluso de francocentrismo, que implica semejante planteamiento del problema político. Pero incluso si la cuestión de los «derechos del hombre» no fuera más que una farsa o una engañifa —cosa que no pienso—, aún valdría la pena tratar de medir las razones de la distancia que existe entre el enunciado de ayer o de anteayer y una problemática democrática actual. E incluso si este enunciado no correspondiera más que a la universalización ficticia de una sociedad y una cultura particulares —cosa que tampoco pienso—, también sería preciso, y desde el principio, interrogarse por sus razones de un modo distinto a como lo hicieron los movimientos intelectuales y las corrientes de lucha social que, para nosotros, dieron su configuración a la idea de «revolución» en los siglos XIX y XX. De manera más o menos desarrollada, abordaré cuatro aspectos de la cuestión: En primer lugar, si es cierto que el enunciado, o más bien la serie de los enunciados de 1789, perdió para nosotros de larga data la evidencia que reivindicaba, si es cierto que vino a ampliarse de múltiples maneras la distancia entre los requisitos de la libertad y los de la igualdad antaño indisolublemente asociados, ¿cómo debemos interpretar sus razones? En segundo lugar, ¿cómo interpretar la relación entre el enunciado de la Declaración y la especificidad del acontecimiento revolucionario? La práctica colectiva que encuentra su expresión y su arma en ese texto institucional ¿debe ser pensada en la categoría de un sujeto (humanidad, sociedad «civil», pueblo, clase social), o más bien en la de una coyuntura, una conjunción de fuerzas? Sin que pueda hablarse aquí de un análisis del carácter de la revolución de 1789-1795, la elección del segundo término de la alternativa me llevará a decir algunas palabras acerca de la originalidad de los enunciados de la Declaración respecto de lo que comúnmente es considerado como su «fuente» ideológica, las teorías clásicas del derecho natural. En tercer lugar, yendo a lo que probablemente es lo esencial, examinaré el estatuto de enunciado y de enunciación de la proposición que, a mi juicio, está en el corazón de la Declaración y permite comprender su lógica: la proposición que identifica —en extensión y por lo tanto en comprensión— «libertad» e «igualdad». Lo que me interesará aquí ante todo es la verdad de esta proposición (que llamaré la proposición de la igualibertad), y por eso mismo el efecto de ruptura que produce en el campo político. Pero también son las razones de su inestabilidad, las formas bajo las cuales se desarrolla una incesante división de lo que se había producido como una unidad de los contrarios. De ahí el bosquejo de un sistema de referencia, de una «tópica» para clasificar e interpretar las diferentes estrategias, tanto teóricas como políticas, que durante por lo menos dos siglos (y en realidad no salimos de eso) se enfrentaron con ese dilema. Por último, en cuarto lugar, pero de manera inevitablemente muy alusiva, me gustaría por lo menos plantear la siguiente pregunta: si es cierto que la proposición revolucionaria que identifica libertad e igualdad constituye el enunciado insoslayable y en cierto sentido irreversible de una verdad política, si también es cierto que la inscripción de esta verdad en la historia misma que la produjo se caracteriza de inmediato por su inestabilidad y en cierto sentido por su debilitamiento, si es cierto, por último, que su retorno a la actualidad política es por lo menos el indicio de la exigencia de una nueva inscripción práctica, ¿en qué condiciones esta sería pensable en este fin del siglo XX? Semejante pregunta deberá permanecer ampliamente abierta, como una probabilidad aporética: por lo menos será posible aclarar sus razones designando negativamente aquello que, de las contradicciones de la política moderna, se pasó por alto, y más fundamentalmente se encuentra necesariamente reprimido en la tópica construida alrededor de la Declaración. * * * En primer lugar, pues, ¿cómo se presenta la actualidad de los enunciados revolucionarios? Lo dije hace un instante: en la forma paradójica de una distancia aparentemente irreductible entre conceptos o valores que son experimentados como igualmente necesarios. Sin lugar a dudas hay un testimonio a contrario de la interdependencia de la igualdad y de la libertad en la forma del retorno periódico de ideologías de la autoridad que plantean que la vida en sociedad, o la naturaleza humana, requiere a la vez una jerarquización y una valorización de la desigualdad individual o incluso colectiva. Pero esta permanencia de la «crítica de los derechos del hombre» inaugurada a comienzos del siglo XIX por el pensamiento contrarrevolucionario no produce en absoluto, a cambio, una certeza de su propia consistencia.2 El liberalismo contemporáneo no es el único en plantear que «libertad» e «igualdad», fuera de límites muy estrechos (los de una forma jurídica), se excluyen una a otra: esa convicción es ampliamente compartida por el socialismo o más generalmente por el progresismo social de las diferentes «minorías»,3 en el mismo momento en que, prácticamente, se manifiesta que las reivindicaciones de libertad y de igualdad se condicionan una a otra, como se lo ve tanto en las luchas por la democracia en los antiguos* «países socialistas», como en los movimientos antirracistas de Europa occidental o en las luchas del pueblo negro de Sudáfrica. Esta profunda contradicción se alimenta en varias evidencias que raramente son cuestionadas: en particular, en el hecho de que la igualdad (generalmente se aclara: la igualdad «real») es esencialmente de orden económico y social —noción elástica por definición, que actualmente tiende a englobar también lo «cultural»—, mientras que la libertad sería ante todo de orden jurídico-político e institucional. Pero al mismo tiempo está esa evidencia o pseudo evidencia, sobre la cual el liberalismo y el socialismo terminaron por ponerse de acuerdo —aunque hayan llegado a conclusiones opuestas acerca de ella—, de que la realización de la igualdad pasa por la intervención del Estado, porque es esencialmente del orden de una distribución o de una redistribución, mientras que la preservación de la libertad está vinculada a la limitación de esta intervención, hasta la defensa permanente contra sus efectos «perversos».4 En mi opinión, es esa referencia al Estado, designado como un bloque, esa referencia siempre presente pero no crítica, lo que reproduce de manera permanente tanto la diferencia de lo «formal» y de lo «real» (o de lo «sustancial») de los derechos como la representación de la igualdad en cuanto desafío exclusivamente colectivo, mientras que la libertad (en todo caso, la «libertad de los modernos») sería esencialmente libertad individual, incluso en el orden de las libertades públicas (que entonces convendría pensar esencialmente como garantías públicas de las libertades privadas). De ahí se pasa muy directamente a la paradoja de fondo, que es la distancia entre el discurso de los «derechos del hombre» y el de los «derechos del ciudadano» en la misma ocasión en que se reclama una moralización o una refundación en la ética de la vida política. El discurso de los derechos del hombre (formulado ante todo como defensa, más que como conquista, de los derechos del hombre) comprende hoy un espectro muy amplio, que va de la libertad de conciencia o de la seguridad individual a la reivindicación del derecho a la existencia o del derecho de los pueblos a la autodeterminación. Pero sigue siendo totalmente distinto del discurso de los derechos del ciudadano, que a su vez oscila entre la proposición-reivindicación de una ampliación de la esfera política a ámbitos nuevos (por ejemplo, la ecología) y la de una...



Ihre Fragen, Wünsche oder Anmerkungen
Vorname*
Nachname*
Ihre E-Mail-Adresse*
Kundennr.
Ihre Nachricht*
Lediglich mit * gekennzeichnete Felder sind Pflichtfelder.
Wenn Sie die im Kontaktformular eingegebenen Daten durch Klick auf den nachfolgenden Button übersenden, erklären Sie sich damit einverstanden, dass wir Ihr Angaben für die Beantwortung Ihrer Anfrage verwenden. Selbstverständlich werden Ihre Daten vertraulich behandelt und nicht an Dritte weitergegeben. Sie können der Verwendung Ihrer Daten jederzeit widersprechen. Das Datenhandling bei Sack Fachmedien erklären wir Ihnen in unserer Datenschutzerklärung.