E-Book, Spanisch, 83 Seiten
Biesinger Acúfenos y compañía
1. Auflage 2020
ISBN: 978-3-96917-472-2
Verlag: Huka Traunstein
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Abordaje diagnóstico y terapéutico
E-Book, Spanisch, 83 Seiten
ISBN: 978-3-96917-472-2
Verlag: Huka Traunstein
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Mi objetivo al escribir este libro ha sido no solo que como lector adquiera unos conocimientos que le permitan ser tan competente como los médicos y otros terapeutas, sino también la posibilidad de escoger entre una gran cantidad de información que está a nuestro alcance hoy en día, aquello que le resulte de mayor interés en su situación. A través de las distintas herramientas informáticas contenidas en este libro electrónico y a diferencia de un libro tradicional, se le ofrece la posibilidad de acceder y ampliar sus conocimientos en esta materia.
Dr. Eberhard Biesinger is German ENT -Specialist. He is known for his Research in Tinnitus, Meniere, Hearing disorders and implantable hearing aids.
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Cómo oímos
Ludwig van Beethoven estaba desesperado ya que fue perdiendo audición paulatinamente y finalmente se quedó sordo. Para él lo peor no consistió en que ya no podía escuchar su música, esta la tenía completa y presente en su mente, se desesperó por la pérdida de comunicación con la gente, se quedó solo. Los seres humanos somos interdependientes, oír y escuchar es lo más importante en la comunicación, mucho más importante que ver; aunque debido a la inundación de estímulos visuales hoy en día esto nos pueda resultar sorprendente. El oído humano está sintonizado para las frecuencias que sirven en la comunicación de nuestra lengua, alrededor de entre 300 hercios (voces muy graves y matices) y 3.000 hercios (voces agudas con sus matices). Sin embargo, va hasta el rango de frecuencia de 16.000 hercios, aunque con la edad disminuye el rango en las frecuencias agudas. Las notas altas, mayores de 10.000 hercios, a pesar de no ser percibidas tan conscientemente, embellecen nuestro mundo acústico cuando hacemos y escuchamos música. Además, estas notas altas son muy importantes para la orientación respecto a la fuente del sonido (por eso usted puede localizar fácilmente “el bip” de su móvil, mientras que puede colocar el bafle-subwoofer en donde sea, sin poder localizarlo acústicamente) y también lo son para la transmisión inconsciente de la información emocional. Como la Dra. Cramer describe en su excelente libro sobre la terapia musical para el tinnitus: cuantas menos frecuencias altas podemos percibir, más aburrido se vuelve el mundo acústico (http://www.musiktherapeutikum.de) (Cramer 2012). Esta es una de las causas de los trastornos del estado de ánimo en las personas que no pueden oír bien. Las consecuencias podrían llegar a ser el aislamiento social y el comienzo de la depresión. En estos casos de perdida selectiva para las frecuencias agudas se puede actuar en primer lugar con un entrenamiento acústico y finalmente a través de un audífono personalizado (véase a continuación). La audición es tan importante que también se refleja en las etapas del desarrollo humano. El oído es el primer órgano sensorial que es funcional, esto sucede a partir del tercer mes de vida intraútero y es el último que dejar de funcionar, después de la muerte. ¡El oído nos acompaña a lo largo de la vida, día y noche, durante 24 horas! Cada sonido se transmite hasta nuestro cerebro; y es ahí, en los diferentes centros, donde se decide lo que analizamos, procesamos y vamos a percibir. Lamentablemente, hoy en día no ponemos mucha atención a esto. La sobreestimulación acústica va en aumento, la música se escucha en una calidad cada vez más pobre, nuestro medio ambiente de alta tecnología produce frecuencias para las que nuestros oídos no están diseñados biológicamente. El estrés hace que nuestros oídos sean más sensibles y más propensos a la pérdida repentina de la audición, al tinnitus y a la sordera. Por lo tanto, el futuro de nuestra audición, así como de una vejez en paz y de una comunicación sin ayuda no parece ser brillantes. Así que mi consejo en este punto es ¡Cuiden sus oídos! Higiene acústica con períodos de silencio, escuchar conscientemente sonidos naturales y música, protección para los oídos en el trabajo, en los tiempos de ocio, en conciertos acústicamente mal diseñados y en discotecas con alto volumen, y tener cuidado con la aparición de factores de estrés, son todos ellos puntos muy importantes. Sus oídos son únicos y los daños no son reparables con eventuales medicamentos. Nuestro oído: el micrófono En el exterior del oído solo se pueden ver el pabellón auricular u oreja y la entrada del conducto auditivo. El sonido transmitido a través del aire llega hasta el tímpano situado al final del conducto auditivo externo y desde allí a la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo). Figura 1. La anatomía del oído (cortesía de Fa MedEl®) El estribo representa la conexión del oído medio con el oído interno en el cual las ondas de sonido aún mecánicas, se transforman en energía eléctrica que se reenvía a continuación, a través del nervio auditivo hasta el cerebro. Allí, el análisis y procesamiento de lo que se escucha se lleva a cabo en diferentes "centros de computación". El oído interno: la conversión de la onda mecánica en información eléctrica Mientras que en el oído medio se trabaja exclusivamente de forma mecánica, el oído interno transforma la información acústica en impulsos eléctricos. Esto es necesario porque nuestro cerebro, la computadora, solo puede procesar información eléctrica. Conviene saber que si bien el oído interno puede cumplir plenamente su tarea ya en el útero, los circuitos neuronales se forman en el cerebro más tarde, durante el transcurso de los primeros años de vida, y solo así lo que se escucha puede ser descifrado e interpretado. Oír es inicialmente un fenómeno inconsciente que posteriormente se hará consciente. A partir de la semana 35 del embarazo el feto es capaz de distinguir los tonos y reconocer los ritmos de los diferentes idiomas. La voz familiar de la madre hacia al bebé es entonces una gran ayuda en ese "nuevo mundo" en el que todo es diferente. ¡Una gran cantidad y variedad de estímulos, sonidos extraños, su propia voz, olores y sabores y, finalmente, la gravedad acontecen de repente con el nacimiento! El cerebro en este momento hace una obra inmensa, conecta las células cerebrales mediante sinapsis y por lo tanto crea nuestros sentimientos, y poco a poco se desarrolla la percepción auditiva consciente. Sin embargo, lo primero es la percepción inconsciente y esto nos determina a los seres humanos: sonidos desagradables y sonidos ambientales hostiles (una pelea de los padres) que incluso años más tarde nos asustan. Músicos famosos, como B. Rubinstein y Menuhin, sospechaban que su sensibilidad musical ya se había formado desde el principio de su vida, tal vez incluso en el útero materno. Así podríamos responder inconscientemente con pánico ante un zumbido en particular, debido a que se pueden haber tenido experiencias desagradables con ese ruido concreto en el desarrollo temprano. ¡Esta conversión del sonido en el oído interno tiene un rendimiento biológico fantástico! Varios millones de estructuras mecánicas finas absorben las ondas sonoras y una reacción química a la velocidad de la luz desencadena una respuesta eléctrica (potencial de acción) en el nervio auditivo. En el centro de este proceso están las llamadas células ciliadas. Aproximadamente 48.000 de estas células se encuentran una al lado de la otra como las teclas de un piano y ordenadas según su frecuencia. Ellas reciben las ondas sonoras con sus delicados sensores, se contraen y con ese movimiento provocan una reacción química que resulta en la activación del nervio acústico. Esta contracción de las células nerviosas del oído interno es necesaria para diferenciar frecuencias y permitir escuchar de forma precisa. Sin esta actuación especial de las células del oído interno solo percibiríamos una "papilla" acústica y no entenderíamos nada. Las personas que tienen dañado su oído interno tienen que soportar esa mala calidad de audición. El siguiente esquema ilustra este proceso: Figuras 2a y 2b. Reacción de las células ciliadas al sonido: La figura 2a muestra la célula ciliada en estado latente con el nervio auditivo. Ante la llegada de una onda de sonido al oído interno, las extensiones de la célula ciliada (cilios) se mueven, los canales iónicos se abren, la célula se contrae activamente y se liberan transmisores, estos a su vez provocan un impulso eléctrico en el nervio auditivo. En el oído interno sus células ciliadas se encuentra dentro de la cóclea. Este órgano tubular muy refinado está enrollado helicoidalmente como un caracol, de manera que no sobresalga como un segmento extendido en el cerebro. Comienza en la zona más próxima al estribo del oído medio, aquí las notas altas se reciben y se transforma su energía mecánica en una señal eléctrica. La punta de la hélice representa el final, aquí se procesan las notas graves. Figura 3. Cóclea gráficamente "desplegada": A través de la cadena de huesecillos, la onda acústica se transmite a las células ciliadas del oído interno y, dependiendo de la frecuencia del tono transmitido, ciertas células ciliadas son estimuladas del mismo modo que la pulsación que se ejerce sobre determinadas teclas de un piano. El tubo en sí se compone de tres compartimentos bien diferenciados que contienen un líquido especial, llamados endolinfa y perilinfa. Estos tienen cada uno una composición, que sirve para mantener una determinada tensión electroquímica. Estos líquidos no deben mezclarse, porque eso provocaría mareos y conlleva el gran riesgo de una pérdida total y permanente de la función del oído interno, lo que significa una sordera completa (cofosis). Figura 4. Corte transversal de la cóclea: Sistema de tubos en la cóclea con una rampa superior y una inferior, en el medio están las estructuras altamente complejas de las células ciliadas internas y externas. La cóclea también está conectada directamente con el sistema tubular del órgano del equilibrio. Por esto hay algunas enfermedades, como la enfermedad de Ménière donde...