E-Book, Spanisch, Band 64, 90 Seiten
Reihe: Teatro
Calderón De La Barca La piel de Gedeón
1. Auflage 2013
ISBN: 978-84-9953-245-5
Verlag: Linkgua
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
E-Book, Spanisch, Band 64, 90 Seiten
Reihe: Teatro
ISBN: 978-84-9953-245-5
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Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681) Calderón de la Barca nació el 17 de enero de 1600, en Madrid, como segundo de cinco hermanos, en el seno de una familia de mediana hidalguía procedente de las montañas cántabras. Su padre fue escribano del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda. La madre murió en 1610 y el padre en 1615. Al parecer, su padre había dejado como voluntad y requisito para que Pedro y sus hermanos heredaran el que siguieran las carreras que él había marcado; a Calderón le estaba destinada la de sacerdote. Al igual que Lope de Vega, Quevedo y otros literatos, Calderón cursó estudios en el madrileño colegio Imperial de los jesuitas (hasta 1613), y los continuó en las universidades de Alcalá de Henares y Salamanca (hasta 1620), donde, quizá por la exigencia paterna, estudió teología, pero también lógica, retórica, historia y derecho natural y político. Su bagaje cultural era muy amplio, tocado por la escolástica y las ideas existencialistas agustinianas. Calderón vivió tres reinados (con Felipe III, Felipe IV y Carlos II) durante los cuales se fue desintegrando el poder español y el país quedó cada vez más aislado del escenario internacional, sobre todo a partir de la pérdida de Flandes por la paz de Westfalia, en 1648. Pero no fue tanto así en la creación literaria, ya que Calderón vivió de lleno el Siglo de Oro español, tan prolífico y rico en cuanto a las artes. Hacia 1620, los hermanos Calderón debieron resolver un litigio relativo a la herencia con la segunda mujer de su padre. Ese mismo año, Calderón de la Barca abandonaría los estudios religiosos e iniciaría sus primeras tentativas literarias con la poesía. Así, participó como poeta en varios certámenes y justas, pero pronto descubriría su atracción por la 'comedia nueva' de Lope de Vega, quien debió despertar su fascinación por el teatro. Calderón desarrollaría la mitad de su producción paralelamente al ascenso del valido conde-duque de Olivares (entre 1621 y 1643), protector de artistas y literatos. Su bautismo teatral se produce, en 1623, con la obra Amor, honor y poder. Calderón realizará algunos viajes por Flandes e Italia, entre 1623 y 1625, como secretario del duque de Frías. Después, será asiduo escritor de obras para la Corte y para los corrales de comedias. Su prestigio en la Corte fue aumentando, y Felipe IV le otorgó el ingreso como caballero de la orden de Santiago, hacia 1637. También debió vivir algunos episodios oscuros, como una acusación por violar, junto a su hermano, la clausura de un convento de trinitarias, tema del que no se sabe a ciencia cierta la verdad. Por otro lado, su buena relación con Lope de Vega debió enfriarse hacia 1629, aunque tampoco hay datos fiables sobre los motivos. Se habla de un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope.
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Acto único
(Suenan en un carro cajas y trompetas y en otro instrumentos de música, y dicen a una parte Madián y a otra Amalec sus versos representados, a tiempo que la tropa responde con los suyos cantando.)
Madián¡Muera esta infame canalla
ingrata a su Dios, y injusta!
Música¡Misericordia, Señor!,
de ella con nosotros usa.
Amalec¡Mueran estos viles!
Todos ¡Mueran!5
Música¡Vivan las clemencias tuyas!
Todos¡Arma, arma!
Música ¡Piedad, piedad!
MadiánY sin valerles la fuga...
MúsicaY sin faltarnos tu amor...
Todos...¡mata, y hiere!
Música ...¡vive, y triunfa!10
Todos¡Arma, arma!
Música ¡Piedad, piedad!
Los dos¡Mata, y hiere!
Música ¡Vive, y triunfa!
(A esta última repetición, sale un Ángel trayendo como arrastrando a la Idolatría, vestida de mujer, con alguna alusión de demonio en el manto o tocado, con banda, espada, bengala y plumas.)
Ángel¡Sal de este pueblo!
Idolatría ¿Por qué
desalojarme procuras
de lo que es posesión mía?15
ÁngelPorque no es posesión tuya
el pueblo de Dios.
Idolatría Si sabes,
cuando cláusulas escuchas,
allí de marciales ecos,
aquí de voces confusas,20
que es la causa por haber
idolatrado, su culpa,
pues hoy de los madianitas
sacrílegos ritos usa,
tanto que a Baal ofrece,25
en esa aspereza inculta,
víctimas que el aire abrasan,
inciensos que el Sol ahúman,
por cuyo delito, Dios
los castiga, pues desnuda,30
en Madián y Amalec
el estoque de su furia,
obligándolos a que
dejen el poblado y huyan
a aquestas montañas, donde,35
temiendo las iras suyas,
fieras racionales viven
las entrañas de las grutas
¿cómo puede no ser mía
la posesión absoluta,40
siendo yo (que no lo ignoras),
aquella deidad impura
de la Idolatría, que siendo
alma de Luzbel segunda,
inspira en el bronce estatuas,45
que con mi aliento articulan
los oráculos, que dan
respuestas a sus preguntas?
Pues, si es castigo de Dios,
¿cómo tú, cómo repugnas50
su ejecución? Deja, deja,
que el aire su voz confunda.
Madián¡Muera esta infame canalla,
ingrata a su Dios, y injusta!
ÁngelComo ya de ese error, muchos,55
reducidos a la justa
voz de un profeta, pretenden
que con sus piedades sumas
los perdone, siempre que
el pueblo a su Dios acuda,60
que responderá benigno,
compadecido a su angustia;
y así, si marciales ecos
la esfera allí el aire turban,
aquí míseros gemidos65
también al cielo pronuncian.
Música¡Misericordia, Señor!,
de ella con nosotros usa.
Idolatría¿Hasta cuándo la paciencia
de Dios, a prueba de injurias,70
ha de sufrir este pueblo?;
¿cuándo ha de acabarla?
Ángel Nunca,
porque como Dios le tiene
dada la palabra suya
de que en él ha de tomar75
humana carne en tan pura
madre que no ha de tocarla
ni aun la sombra de tu culpa,
de cuya encarnación, cuyo
parto virginal y cuya80
muerte ha de seguirse aquel
sacramento que en figuras
y sombras vio tantas veces,
es fuerza que se la cumpla.
Y así...
Idolatría No prosigas, calla,85
calla, que esa voz me turba
tanto al oírla, que ciega
la vista, la lengua muda,
torpe el labio, helado el pecho,
me estremecen y me angustian90
de suerte que, dentro de él,
el corazón en menudas
partes quebrado, parece
que más se arranca que pulsa.
Vuelvan, porque no lo oiga95
Amalec, las voces tuyas.
Amalec¡Mueran estos viles!
Todos ¡Mueran!
ÁngelCuando esta voz interrumpa
la mía, estotra la alienta.
Música¡Vivan las clemencias tuyas!100
Todos¡Arma, arma!
Música ¡Piedad, piedad!
IdolatríaSi unos con otros se ofuscan
aparatos y lamentos,
de otra manera te arguya:
¿qué figuras, ni qué sombras105
son estas, de quien tú juzgas
inferirse tan extraña
encarnación, que la duda
mi saber, con la substancia
tan capaz como la tuya,110
pues que no perdí la ciencia,
con la gracia y la hermosura?
¿Qué figuras son, qué sombras,
digo otra vez, las que anuncian
ese grande sacramento,115
que tanto me asombra?
Ángel Muchas;
y aunque pudiera acordarte
aquella escala que junta
el cielo y la tierra, donde
ángeles bajen y suban,120
aquel blanco, aquel hermoso
rocío, que en blanda lluvia,
el llanto del alba cuaja
y el rayo del Sol enjuga,
que son las dos a quien más125
ambos misterios se ajustan,
hoy, por darte mayor pena,
no ha de valerse mi industria
de las que ya acontecidas
parece que no te asustan,130
porque se les pierde el miedo
a penas que se acostumbran,
sino, para más asombro,
he de valerme de algunas
que aún no acontecidas, hagan135
novedad a tus angustias.
¿Qué ves por esa campaña?
IdolatríaMontes que al cielo se encumbran,
siendo, de ese azul alcázar,
sus cimas verdes columnas,140
en quien la fábrica estriba
del palacio de la Luna.
Ángel¿Y qué ves sobre esos montes?
IdolatríaTupidas nubes, que oscuras,
como preñadas, parece145
que las agobian las puntas,
siendo a sus altas cervices
enmarañadas coyundas.
Ángel¿Qué ves en su falda?
Idolatría Allí
van los corderos que usurpan150
su adorno al prado paciendo
la verde esmeralda bruta,
cuyo salpicado aljófar,
si cuando el alba madruga
pareció que le bebían155
parece ahora que le sudan.
Ángel¿Y allí?
Idolatría Sazonadas mieses,
cuyas espigas fecundas,
los fatigados hebreos
para su sustento buscan160
con tal miedo del contrario
que, siendo las parvas suyas,
aun cuando las benefician
les parece que las hurtan.
ÁngelPues esas nubes, pues esos165
montes, que su esfera ocupan,
esos corderos y mieses,
no contienen parte...




