E-Book, Spanisch, 162 Seiten
Reihe: Artes & Oficios
Cambras Artes & Oficios. Encuadernación
1. Auflage 2021
ISBN: 978-84-342-4336-1
Verlag: Parramón Paidotribo
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Técnicas y procedimientos para proteger y embellecer los libros
E-Book, Spanisch, 162 Seiten
Reihe: Artes & Oficios
ISBN: 978-84-342-4336-1
Verlag: Parramón Paidotribo
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Josep Cambras Riu (Barcelona, 1954) es profesor de encuadernación en la Escola d'Arts i Oficis de la Diputació de Barcelona desde 1985. También ha impartido seminarios en La Habana (Cuba), a petición del Museo de la Ciudad. Inició su actividad profesional como discípulo de los más relevantes encuadernadores y doradores de Barcelona. Desde entonces se considera continuador de las técnicas clásicas del oficio. La adaptación de estas técnicas a las nuevas tendencias y materiales de la profesión ha sido, además, uno de sus intereses constantes. Durante su larga actividad profesional siempre ha mantenido abierto un taller, en el cual ha dado entrada tanto a las grandes encuadernaciones de alto valor artístico y bibliográfico como a las más humildes; tratando con dignidad a cualquier libro, independientemente de su valor económico. Ha participado en las más prestigiosas exposiciones sobre la encuadernación actual, celebradas en ciudades como Mónaco, Québec, Luxemburgo, Atenas, Madrid, etc. En 2001, la Generalitat de Catalunya le otorga el Diploma de maestro encuadernador. Su prestigio en este campo le ha llevado a dictar conferencias en centros especializados en encuadernación y bibliofilia y a participar en mesas redondas en distintos medios audiovisuales. Su obra figura en algunas de las más importantes bibliotecas privadas de Europa, así como también en entidades públicas como la Biblioteca de Catalunya, la Biblioteca Nacional de Madrid, el Archivo de la Corona de Aragón, etc.
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Historia de la encuadernación
Resulta fácil justificar la presencia aquí de una pequeña Historia de la encuadernación. En efecto, si la propia encuadernación es una materia a menudo desconocida del gran público, mucho menos conocida resulta su historia, estilos e importancia histórica. Es relativamente frecuente, aunque por fortuna cada vez menos, que en determinados círculos del mundo del libro se desconozcan los estilos, las épocas e incluso el valor de algunas encuadernaciones antiguas y, en cambio, sí se aprecien los libros en sí mismos. Resulta muy lamentable que no se valoren en lo que merecen estos trabajos dada la antigüedad, el valor y el número relativamente elevado de las encuadernaciones peninsulares, a menudo relegadas ante trabajos de fuera de nuestras fronteras. También es interesante utilizar la Historia de la encuadernación para entender mejor el desarrollo de las distintas técnicas y tradiciones utilizadas en la actualidad. Finalmente, resulta importante tener una guía para moverse en los distintos estilos y técnicas y que permita optar por la realización de encuadernaciones historicistas. O, simplemente, para poder apreciar y disfrutar con mayor conocimiento de estos admirables trabajos que nos han legado los encuadernadores de todas las épocas.
EL ARTE DE PROTEGER Y EMBELLECER LOS LIBROS
Se conoce al libro como un conjunto de hojas manuscritas o impresas, reunidas de manera que formen un volumen ordenado para su consulta o lectura. Para facilitar el manejo de esas hojas nació la encuadernación, que es el arte o la técnica para hacer más cómoda su utilización, más duradera su conservación y más agradable su presentación, y que, en muchas ocasiones, alcanza la categoría de verdadera obra de arte.
Los orígenes
El concepto actual de encuadernación arranca con la aparición del códice. Es decir, aparece, hacia el siglo I d.C., con los libros similares en su aspecto a los actuales. Sin embargo, anteriormente ya había recopilaciones de escritos, con formas distintas, que se debían proteger, distinguir o valorar y, por tanto, encuadernar.
Algunas de las más importantes formas de libros antiguos son las tablillas mesopotámicas y sirias, tablillas de corteza de árbol o de madera con una capa de cera sobre la que escribir, fibras vegetales (como el papiro), inscripciones monumentales sobre piedra o sobre planchas de metal, pieles curtidas y escritas (como el pergamino), etc.
En la inmensa mayoría de los casos se trataba de textos breves que no necesitaban ningún tipo de protección. Los soportes para la escritura eran de muy variada dificultad y precio, lo que hacía que hubiera una clara especialización. Así, los textos más importantes, del tipo leyes y edictos, solían adquirir formas monumentales como estelas mientras que los textos de menor importancia se almacenaban en bibliotecas o archivos.
Sin duda, la forma más común para los escritos que debían ser archivados y conservados antes de los códices fueron los rollos y las tablillas de arcilla. Los primeros fueron especialmente importantes y con ellos se llegaron a formar las míticas bibliotecas de Alejandría y de Pérgamo. El material, especialmente el papiro, resultaba frágil y en determinadas ocasiones se recurría a tubos de piel para su protección y traslado. Este sistema no parece haber sido exclusivo de los papiros pues todavía se conserva hoy en día en los rollos que contienen los libros sagrados hebreos.
Estela de Adad-nenari III (810-783 a.C.).
De cualquier manera parece que los rollos habitualmente carecían de protecciones externas. Solían estar doblados en forma de doble rollo, de modo que mientras se leían una parte del rollo se desenrollaba y el texto se iba recogiendo en otra parte. En la cinta que los unía se podía colgar una etiqueta con el nombre de la obra. Así se podía saber de qué obra se trataba cuando estaba en una estantería de biblioteca sin necesidad de sacar el rollo.
Según parece los romanos también usaban este sistema pues facilitaba la escritura y el traslado de los textos, así como su conservación en bibliotecas y en los archivos, indispensables para el buen funcionamiento de la administración.
Piedra de Rosetta, encontrada en Egipto, con un decreto de Ptolomeo V, escrito en griego y en egipcio con caracteres demóticos y jeroglíficos.
Las encuadernaciones medievales
Desde el siglo I d.C. empieza a producirse un cambio esencial en el mundo del libro: el progresivo abandono de la forma de rollo por la del códice, debido a varias circunstancias que modificarán la forma del libro y la encuadernación. Aparece la necesidad de reunir obras cada vez más extensas por el mayor uso de los escritos, unido a la limitación del papiro como material para conservar el libro y, finalmente, la aparición del cristianismo.
Esta nueva religión se diferencia de las antiguas, entre otras cosas, por el uso extenso que hace de los escritos que son considerados como la palabra de Dios. Esto hace que la compilación de esos textos resulte esencial para impartir la liturgia y que en todas las iglesias deba haber un ejemplar de la Biblia. Así mismo, se crea la necesidad de saber leer y escribir para poderla interpretar correctamente. Pero no sólo se trata de un problema de cantidad de texto, sino que los libros, en sí mismos, adquieren la consideración de sagrados y preciosos. Se trata de obras demasiado extensas como para figurar en una inscripción monumental, pero tan preciosas como las grandes inscripciones anteriores. Por tanto, hay una tendencia a darles el tratamiento más rico posible para destacar su importancia para la fe. Aquí está una de las claves de los libros en la Edad Media, que se convierten en auténticas obras de arte de un altísimo precio y consideración.
De ahí el nacimiento de las encuadernaciones de lujo realizadas de forma sistemática.
Las escuelas de encuadernación
En esencia, se distinguen varias escuelas de encuadernación en el Occidente medieval:
• Las encuadernaciones de altar, de gran valor y que son quizás el primer ejemplo de las encuadernaciones de lujo. Su función era estar en el altar y contener las lecturas de la misa. Generalmente se realizaban con materiales preciosos e incluso piedras preciosas, semipreciosas o incrustaciones de pastas de vidrio o de esmaltes. Solían incorporar elementos de marfil esculpidos o camafeos. Todo ello sobre un soporte de madera.
• Las encuadernaciones bizantinas, con cubiertas de madera forradas de telas de gran precio y con abundancia de esmaltes. En ocasiones podía tratarse de tapices o de telas teñidas de púrpura. Es en este tipo de encuadernación donde empieza a desarrollarse una decoración basada en motivos religiosos y en la presencia de la figura humana, muy poco común en el Islam.
• La encuadernación con pieles recubriendo la madera, generalmente asociada a talleres de influencia islámica. Se trata de un tipo de encuadernación muy abundante en los reinos peninsulares y que recibe el nombre de mudéjares.
• Las encuadernaciones de menor valor, que generalmente se realizaban con cubiertas de madera sin decorar o muy simple, pero sin revestimiento, conocidas como encuadernaciones con pergamino. A menudo estaban reforzadas con protecciones o decoraciones metálicas. El pergamino solía usarse para los documentos o libros de uso frecuente y escaso precio o poco interés en su conservación.
Estilo plateresco con cantoneras y adornos metálicos.
Encuadernación en pergamino en forma de cartera (siglo XVI).
Estilo mudéjar con cierres y adornos metálicos.
Encuadernación de altar con oro y esmaltes.
Las encuadernaciones de manuscritos islámicos
Elmundo islámico tiene unas necesidades relacionadas con los escritos en principio similares a las del mundo cristiano. Desde muy pronto se reúne un “corpus” con los recuerdos de la doctrina transmitida por el profeta Mahoma. Es lo que recibirá el nombre de Corán. Se trata de un verdadero “libro” que necesita ser recordado, conocido y difundido en todo el Islam. A partir de esta necesidad religiosa aparece la necesidad de saber leer, escribir, estudiar e interpretar las escrituras para acceder a las enseñanzas religiosas. Incluso resulta frecuente que se use el Corán como texto básico para enseñar a leer y a escribir a los árabes, y para enseñar árabe a los creyentes que tienen otra lengua materna.
Aparecen dos factores esenciales para la difusión de la encuadernación: la existencia de una profusa producción de libros que deben protegerse dado su alto precio, y la existencia de un...




