E-Book, Spanisch, Band 98, 384 Seiten
Reihe: Narrativas
Farrojzad Eterno anochecer
1. Auflage 2025
ISBN: 978-84-19168-71-9
Verlag: Gallo Nero
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
E-Book, Spanisch, Band 98, 384 Seiten
Reihe: Narrativas
ISBN: 978-84-19168-71-9
Verlag: Gallo Nero
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Forugh Farrojzad nace en Teherán en 1935 en el seno de una familia burguesa. Con dieciséis años se casa con su primo en contra de la voluntad de sus padres, y un año más tarde da a luz a su único hijo, Kamyar. Dos años después, en 1954, la pareja se divorcia y ella nunca más pudo volver a ver a su hijo. Su padre militar la repudia y le impide volver a la casa familiar. Aunque ya componía poemas en sus años estudiantiles, es después de esa compleja travesía personal cuando irrumpe en la escena literaria. En 1955 publica su primera antología, titulada Cautiva'. Su poesía rompedora fue duramente criticada por el mundo académico y fue acusada de corromper a la sociedad. Desde este momento el acoso de la crítica y de la prensa ya nunca cesaría. A este primer poemario seguirían El muro (1956), Rebelión (1958) y Otro nacimiento (1964), considerado un hito de la poesía persa contemporánea y donde Farrojzad refleja su emancipación y liberación de la tradición, tanto en el plano formal como en el personal. En 1974, después de su muerte, se publica su quinta y última colección de poemas, Tengamos fe en el comienzo de la estación del frío. Muere el 13 de febrero de 1967 en un accidente de coche en extrañas circunstancias. Está enterrada en el cementerio Zahiroddoleh, a los pies de los nevados montes Elburz en el norte de Teherán.
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Introducción
Forugh Farrojzad.
La mujer rebelde de la poesía iraní
Nazanin Armanian
Agradecimientos a Nilufar Saberi, Ricardo Roízo y Martha Zein por su colaboración en la traducción y corrección de los poemas y el texto. Este libro no hubiera sido posible sin su magnífico e inestimable trabajo.
Forugh en el contexto
Esta introducción iba a centrarse en principio en las características de los cinco cuadernos que componen la obra poética de Forugh Farrojzad y arrancaba con el siguiente párrafo: «Forugh Farrojzad nació en 1935 en Teherán, se casó a los dieciséis años, tuvo un hijo y se divorció cinco años después. Publicó cuatro cuadernos de poesía y murió el 13 de febrero de 1967 en un accidente automovilístico».
Sin embargo, a lo largo de la preparación del libro, me di cuenta de que sería imposible comprender su obra sin profundizar en la batalla que libró contra el decadente e injusto orden social que imperaba en el Irán de los años cincuenta y sesenta. Sus versos son en gran medida la historia de su vida, la de una mujer que se rebeló con todas sus fuerzas contra el sistema en el que había nacido. Forugh, aun siendo tachada de ser una «poeta de cama», por escribir sobre la pasión y el sexo femeninos, abogó por una sociedad libre y justa en todas sus dimensiones.
La traducción de su poemario se convirtió en una recopilación de los trabajos de una intelectual pionera en el renacimiento de la cultura iraní de mediados del siglo pasado, a través de la reclamación de los derechos del individuo como medio imprescindible para la felicidad colectiva. Lo hizo colocándose a sí misma como protagonista de sus poemas, jugándose de este modo la «reputación» e incluso la vida, al entender que sin la liberación de la mujer (con singularidad, su libertad sexual) no era posible renacimiento social ni progreso algunos.
* * *
Forugh nació el 29 de diciembre de 1935 en Teherán, en pleno proceso de la modernización dirigida por el despotismo nada ilustrado de Reza Pahlaví (1878-1944), fundador de la dinastía en 1923. Tras tomar el poder mediante un golpe de Estado respaldado por Gran Bretaña, el dictador paniranista puso en marcha un sistema capitalista caracterizado por dos rasgos principales: un profundo anticomunismo y un no menos marcado anticlericalismo (que no antiislamismo).
Reza Pahlaví detuvo, torturó y ejecutó a cientos de poetas, escritores, activistas y dirigentes políticos marxistas. Al igual que gran parte de los iraníes, Pahlaví consideraba parasitaria y reaccionaria a la casta clerical y la consideraba no solo responsable del subdesarrollo social y político de Irán, sino la representación de la humillante y traumática invasión de las tribus árabe-musulmanas del siglo vii que acabaron con el imperio persa e islamizaron el país. Encarceló, denigró y ejecutó a numerosos clérigos y, con el fin de disminuir su poder, otorgó algunos derechos a la mujer, como su ingreso en el mercado laboral y en la universidad. La guinda de este agravio hacia la casta clerical anclada en el Medievo fue prohibir el velo en 1935, el año de nacimiento de Forugh, para convertir a Irán en el primer país del mundo que penalizaba a las mujeres que llevaban el velo.1
Con esta decisión, paradójicamente, el dictador cumplía con una de las principales reivindicaciones de las mujeres progresistas y de los demócratas de Irán, que reclamaban la desaparición del velo en nombre de la liberación de la mujer y la igualdad.
Desde finales del siglo xix y en paralelo a la gran Revolución Constitucional de 1905, que reivindicaba el fin de la monarquía absolutista, un parlamento y una constitución, la literatura iraní experimentó una profunda transformación. Ante la ausencia de partidos políticos y sindicatos por la dictadura, los poetas encarnaron este papel de liderazgo político.
En esta atmósfera, la familia de Forugh, de clase media tradicional, estaba dirigida con mano de hierro por el coronel Mohammad Baguer Farrojzad, que había convertido el hogar, como afirmaba la propia poeta, en un detestable cuartel militar. Su madre, Touran Vaziri-Tabar, era una ama de casa que le soportaba incluso cuando le era infiel. Forugh fue la tercera de siete hermanos. Su hermana Puran fue activista, poeta, escritora y enciclopedista, y su hermano Fereidun, además de cantante, actor y poeta, se convirtió en el showman más relevante de la historia de la televisión iraní; fue asesinado en Bonn (Alemania) en 1992 por un comando enviado por el gobierno de la República Islámica, contrario a los chistes verdes que contaba sobre el clero en los programas que emitían los canales de las televisiones iraníes en exilio.
Forugh vivió una infancia infeliz. Aquella niña cheshm-gavi (ojos de vaca, como se definía a sí misma), menuda, enérgica y con una fuerza desbordante, desafió las estrictas normas que imponía un padre intransigente e incapaz de mostrar sentimientos. No era fácil ser la hija de un padre militar que prefería tener hijos varones. Forugh escribe en una de sus cartas: «Cuando me acuerdo de mi infancia, de cuando nadie cuidaba de mí, y no era más que una niña sencilla e inocente, siento rabia. Solo adoro a Puran, por ser siempre mi apoyo».2 Quizá tuvo que vivir aquella infancia como una prueba para ser capaz de enfrentarse luego a una sociedad también gobernada por una dictadura despiadada.
Su padre, encargado de las propiedades del rey y hombre cruel con sus inferiores, destrozó la vida de Forugh en aquella casa cuartel. Como recuerda su hermana Puran, obligaba a sus hijos a ponerse el pijama, acostarse y levantarse a unas horas concretas y a «dormir con ásperas mantas militares a pesar de que en casa teníamos mantas suaves y de buena calidad». El objetivo era que los hijos conocieran la dureza de la vida y se hicieran fuertes. En una carta a su padre, que la maltrataba por su «libertinaje» y por manchar el honor de la familia, una Forugh ya veinteañera le escribe: «Mi gran dolor es que usted no me conoce y nunca quiso conocerme. Usted debería haberse acercado a nosotros con cariño para guiarnos, pero con su violencia nos asustaba y hacía que nos volviésemos introvertidos, nos dejó solos ante grandes problemas de la vida».
Tras terminar la escuela primaria, Forugh, que empezó a escribir poesía a los trece años, estudió pintura, corte y confección en la Escuela Técnica de Kamalolmolk en Teherán. Cuenta ella misma que tras las clases se sentía más ligera de mente y podía escribir poesía con mayor facilidad. A los quince años se enamoró de Parviz Shapur, el inventor del Carikakalamator, una combinación de caricatura y kalameh (palabra), que consiste en un verso corto y satírico. Parviz era un pariente lejano quince años mayor que trabajaba en una revista de humor. Ansiosa de cariño y atención, Forugh empezó a enviarle cartas de amor y fue correspondida. De modo que, sin terminar sus estudios técnicos, a la edad de dieciséis años y a pesar de la fuerte objeción de su padre, se casó con él y se trasladaron a vivir a Ahvaz, una ciudad sureña a la orilla del golfo Pérsico.
Al igual que para otras muchachas de su edad, casarse era una salida para liberarse de la tiranía del padre y tomar las riendas de su destino. Otras mujeres de su edad y ella misma no tardaron en darse cuenta de lo equivocadas que estaban: cambiaban la tiranía del padre por la del marido; la sociedad iraní estaba contagiada por un arraigado sistema de organización sociocultural que ninguneaba a la mujer y justificaba el control y el dominio sobre la mujer y su estatus de inferioridad.
Esta segunda etapa de la vida de Forugh, ya esposa y poco después madre de un niño al que llamó Kamyar (algo así como «hijo del deseo»), coincidió con el impacto de unos años turbulentos a nivel mundial: la guerra de Vietnam, el triunfo de la revolución china y la aparición del «marxismo maoísta». En Irán son los años de la lucha de los partidos políticos, las organizaciones, los sindicatos progresistas y el gran movimiento por la nacionalización de la industria petrolífera dirigido por el primer ministro Mohammad Mosadeq contra el dominio de Gran Bretaña y su petrolera British-Persian Oil Company (BP). El pueblo iraní ganó esta batalla contra el gigante británico y «Su Majestad la Reina», y, como consecuencia, la CIA y el MI6 organizan un golpe de Estado que derrocó a Mosaddeq en 1953. Paralelamente, el monarca Mohammad Reza Pahlaví, el sah (1919-1980), desató una dura represión contra las fuerzas progresistas en la que cientos de activistas y líderes políticos fueron ejecutados y otros miles encarcelados u obligados al exilio. Desde esta fecha y hasta la caída del dictador en 1979, todos los partidos políticos de izquierda, sindicatos, organizaciones gremiales, feministas y estudiantiles, así como cualquier protesta, huelga o manifestación, se declararon prohibidos.
Ajena a esta realidad, Forugh será una más de los millones de iraníes que viven en una paradoja que, en no pocas ocasiones, acabará en tragedia: la de habitar un país en vías de modernización que invita a la mujer a ocupar el espacio público y a vender barata su fuerza de trabajo para empujar el carro del capitalismo explotador, y al mismo tiempo mantiene intacto el milenario sistema de dominación del hombre sobre el cuerpo y la mente de la mujer. Esta modernidad mutilada era una...




