E-Book, Spanisch, 320 Seiten
Rodríguez Hernández Breve historia de los Tercios de Flandes
1. Auflage 2015
ISBN: 978-84-9967-658-6
Verlag: Nowtilus
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
E-Book, Spanisch, 320 Seiten
ISBN: 978-84-9967-658-6
Verlag: Nowtilus
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Descubra la épica historia de la legendaria e invencible infantería que mantuvo los Países Bajos bajo soberanía española más de 150 años. Una visión innovadora y rigurosa de las hazañas, armamento, estrategias y azarosa vida del mítico y glorioso ejército.
Conozca a los soldados que durante ciento cincuenta años defendieron y mantuvieron los Países Bajos bajo soberanía del rey de España, forjando una leyenda y convirtiéndose en una infantería legendaria, cuyo halo de invencibilidad ha configurado un mito que ha llegado hasta nuestros días. Descubra su vida, sus hazañas, desventuras y derrotas que han dejado huella en el arte del Barroco, y especialmente en los cuadros de Velázquez o la pintura flamenca, pero también en la literatura, en autores como Cervantes, Lope de Vega, Garcilaso, Calderón de la Barca y Quevedo, entre otros muchos.
Su autor, Antonio José Rodríguez Hernández, doctor en Historia Moderna y especialista en Historia Militar, ayudará al lector a interpretar a través de las numerosas huellas documentales que se encuentran en los archivos, como cartas y documentos administrativos, las vivencias de aquellos hombres, sus inquietudes y necesidades, además de reconstruir sus vidas lejos de cualquier ficción o hecho novelesco.
En esta Breve historia de los Tercios de Flandes podrá saber cómo se organizaban los Tercios a través de todo este período, cómo combatían y con qué armas, hasta llegar al verdadero pilar que originó la leyenda de la imbatibilidad de la infantería española de los Tercios.
Antonio José Rodríguez Hernández es doctor en Historia Moderna por la Universidad de Valladolid. Ha desarrollado su labor educativa en la Universidad de Almería, la University College de Dublín y la UNED, donde continúa ejerciendo como docente.
Sus investigaciones se han centrado fundamentalmente en el estudio del ejército de la Monarquía Hispánica durante los siglos XVI-XVII. En 2006 fue galardonado con el Premio Ejército en Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales.
Ha colaborado en numerosas monografías de temática histórica y militar. Ha publicado varios títulos: España, Flandes y la Guerra de Devolución (1667-1668). Guerra, reclutamiento y movilización para el mantenimiento de los Países Bajos españoles (Ministerio de Defensa), Los tambores de Marte. El reclutamiento en Castilla durante la segunda mitad del siglo XVII (1648-1700) y La ciudad y la guarnición de Ceuta (1640-1700). Ejército, fidelidad e integración de una ciudad portuguesa en la Monarquía Hispánica (Instituto de Estudios Ceutíes, 2011).
Autoren/Hrsg.
Weitere Infos & Material
Introducción
MITO, LEYENDA E HISTORIA
Durante los últimos años, hemos venido asistiendo a un creciente interés por los soldados de los tercios, gracias a numerosas publicaciones, novelas históricas y películas, pero una de las grandes preguntas que debemos hacernos es ¿dónde está el origen de la fascinación por esta época, y cuál es su base histórica?, cuestión que pocas veces las publicaciones con poco rigor pueden contestar o debatir ante su falta de argumentos y de conocimientos históricos serios. Realmente, nuestro interés por la época tiene una extensa tradición, algo a lo que ha contribuido notablemente la literatura del Siglo de Oro en todos sus géneros, ya fueran el teatro o la novela picaresca. Pero lo realmente interesante y esencial ha sido que nos han llegado numerosos relatos originales sobre los soldados que combatieron en los tercios, verdaderos diarios autobiográficos, que aunque a menudo parecen ficticios y algo fantasiosos, el tiempo ha demostrado que, dejando de lado algunas exageraciones, contienen un amplio margen de hechos reales, y que llegaron a ocurrir. Conocemos las vidas y desventuras de varios soldados de la época, gracias a varias autobiografías que nos han dejado. De hecho, claramente personajes novelescos recientes, como el capitán Alatriste, se basan en relatos como los del capitán Alonso Contreras, un personaje real que dejó una historia de su vida –como él mismo define–, y que a pesar de ser verídica no deja de tener un aire novelesco y algo fantástico, repleto de duelos en los que siempre vence, y amoríos en los que siempre triunfa, mostrándonos un aire pendenciero y desenfadado. De hecho, históricamente hablando, estas obras, pese a ser reales, nos dan una visión algo distorsionada e idealizada de la realidad. Los tercios, dentro del contexto imperial y de la época dorada de España, han constituido desde siempre un elemento interesado y usado por la historiografía y la política para mitificar el dominio de España en los campos de batalla de medio mundo durante el siglo XVI y parte del XVII. Usados por el franquismo, como prototipos del español universal (combativo, valiente y honorable), en otras épocas de la historia han sido controvertidos e incluso ocultados, ante la leyenda negra que rodeó la hegemonía española y la conquista de América. Especialmente la historiografía europea nacionalista del siglo XIX vio a los soldados españoles como ladrones y seres sedientos de sangre, acusándolos de los saqueos de las ciudades flamencas, debido a las exageraciones provocadas por el odio hacia lo diferente y el extremismo religioso. LAS FUENTES
Últimamente, diversos autores españoles han escrito bastante sobre los tercios, la mayoría periodistas o personas que con mucha pasión por el tema –pero sin excesiva formación histórica–, nos ofrecen su visión de segunda mano del tema basándose en las obras de historiadores actuales o del pasado. Estudios que generalmente carecen de originalidad y rigor histórico, y que no han realizado un estudio exhaustivo de fuentes originales de archivo, sino que se han centrado en la divulgación, usando la literatura y otros estudios anteriores como fuentes primordiales sin aportar una sola línea de originalidad. Todo ello ha ayudado a crear una visión algo mítica de la imagen de los tercios, envuelta siempre en un halo de leyenda, ante la enorme sucesión de victorias. Por todo ello, a veces es difícil distinguir la realidad del mito, motivo por el cual debemos acudir a los documentos históricos, que con rigor –y sin tomar partido– nos hablan de la vida cotidiana de la época, esfuerzo por el cual se distingue este nuevo libro, que aunque breve, aporta novedades al utilizar también fuentes inéditas y menos conocidas, y abarca toda la presencia española en Flandes, y no sólo la más conocida por todos. Durante más de ciento cincuenta años, los soldados españoles de los tercios defendieron y mantuvieron los Países Bajos bajo soberanía del rey de España, forjando una leyenda –en muchas ocasiones no tan real– que ha llegado hasta nuestros días. Su vida, hazañas, desventuras y derrotas han dejado huella en el arte del Barroco, y especialmente en los cuadros de Velázquez o la pintura flamenca, pero también en la literatura, en autores como Cervantes, Lope de Vega, Garcilaso, Calderón de la Barca, Quevedo, entre otros muchos. Si bien esto lo conocemos bien –al igual que otras fuentes históricas impresas, como los cronistas que escribieron sus obras en la época sobre las guerras de Flandes o incluso soldados que nos dejaron autobiografías–, también los soldados de los tercios nos dejaron otras muchas huellas documentales en los archivos, en gran medida cartas y documentos administrativos más fiables e imparciales, a través de las cuales podemos interpretar de manera más directa las vivencias de aquellos hombres, sus inquietudes y necesidades, además de reconstruir sus vidas lejos de cualquier ficción o hecho novelesco. En los archivos se conservan informes oficiales redactados por el Gobierno, o por los mandos del Ejército, que nos ofrecen una visión de primera mano del Ejército. Es muy abundante la documentación que nos habla del dinero, o de los costes, además de las muestras o listados de soldados que nos dan una visión más realista de los hombres que se alistaron en el ejército de Flandes. Gracias a esta documentación podemos saber cómo se fueron organizando los tercios a través de todo este período, cómo combatían, de qué manera y con qué armas, hasta llegar al verdadero pilar que originó la leyenda de la imbatibilidad de la infantería española de los tercios. Aunque este trabajo, por su reducido tamaño, no tiene el aparato crítico que aportan las notas de pie de página, integra las nuevas investigaciones poco conocidas, datos originales, e integra los conocimientos vertidos por trabajos científicos de historiadores cuya divulgación tiene un ámbito más restringido. LA MERECIDA FAMA DE LOS ESPAÑOLES
Desde la perspectiva histórica, es cierto que los soldados de los tercios vencieron en situaciones muy adversas, aunque quizá considerarlos invencibles es algo exagerado, ya que en ocasiones perdieron batallas. Lo primero que debemos intentar al tratar el tema es no dejarnos influenciar por los tópicos, e intentar encontrar la raíz de la cuestión. Si los soldados de los tercios eran buenos soldados no era porque sí, porque fueran españoles o porque tuvieran un alto sentido del honor. La supremacía militar hispana del siglo XVI se cimentó en distintos factores, tanto técnicos y financieros como fundamentalmente humanos. Si en muchos casos España militarmente se mostró una potencia superior, fue en gran medida por la atención que prestó a sus soldados, a los que disciplinó y mantuvo más allá del final de los conflictos bélicos, creando un sistema defensivo en el que los profesionales eran la clave, sumándose a estos las milicias –en caso de ataque o invasión– para defender el propio territorio. El laboratorio de las guerras italianas de inicios del siglo XVI (conquista de Nápoles por el Gran Capitán) enseñó a los españoles dos lecciones primordiales. Por un lado que los modelos tradicionales de movilización militar utilizados en la Reconquista no eran válidos para emprender acciones ofensivas en lugares distantes. Métodos que mantenían importantes contingentes de tropas por poco tiempo, sólo durante la campaña militar estival. Pero para combatir en Italia se necesitaban soldados profesionales, primando la calidad frente a la cantidad. Por otro lado, se demostró que las armas de fuego portátiles eran enormemente útiles, por lo que su precoz uso en las formaciones de infantería ayudó a los españoles a hacerse con innumerables victorias en Italia, perdiendo muy pocos soldados. De hecho, la palabra Bicoca, cuya definición en castellano es la de ‘ganga’, viene de una batalla de igual nombre librada en Italia contra los franceses en 1522, donde los españoles cosecharon una aplastante victoria a cambio de pocas bajas. Con posterioridad a esta campaña, y a la de Pavía, se fue configurando el sistema militar que dio lugar a los tercios. Los soldados españoles de los tercios eran voluntarios de cualquier origen social que pretendían ganarse la vida, adquirir honor y reputación, o ascender socialmente. Posibilidades que durante mucho tiempo el Ejército ofreció, por lo que no faltaron los voluntarios. Sujetos animados ante el hecho de que el Ejército español contaba con una estructura profesional clara, en la que los ascensos y remuneraciones eran acordes al valor y la experiencia. Soldados que ante la clara voluntad de los reyes se encuadraron en el Ejército de la monarquía, transformándose en unos profesionales que convirtieron el oficio de las armas en su forma de vida. Para ello, cuando se alistaban, firmaban un compromiso que los ataba al Ejército hasta que murieran o fueran licenciados por el rey. El modelo hispano de soldado plebeyo o de extracción hidalga humilde, pero profesional y en activo todo el año, demostró ser efectivo cuando las pagas y los premios no faltaban. Estos soldados demostraron su veteranía y capacidad frente a los ejércitos formados apresuradamente por alemanes u holandeses, y compuestos fundamentalmente por nobles a caballo, milicias urbanas o puros mercenarios, a los que se apercibía y armaba para luchar en cualquier ocasión puntual o exclusivamente en la campaña militar veraniega. Durante...