E-Book, Spanisch, 168 Seiten
Reihe: Pensamiento Herder
Zhao Tianxia: una filosofía para la gobernanza global
1. Auflage 2021
ISBN: 978-84-254-4628-3
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection
E-Book, Spanisch, 168 Seiten
Reihe: Pensamiento Herder
ISBN: 978-84-254-4628-3
Verlag: Herder Editorial
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Esta obra ofrece una discusión sobre la genealogía histórica y la relevancia contemporánea del antiguo concepto chino de Tianxia (que significa 'lo que hay bajo el cielo'). Su propósito es la construcción de una nueva filosofía política global. El Tianxia conceptualiza el mundo como la superposición de tres planos -el físico, el psicológico y el político-. Da lugar a una visión total que sitúa la armonía y la coexistencia por encima de otras consideraciones. Zhao Tingyang señala las limitaciones del pensamiento moderno occidental sobre la política internacional. Además, apunta a superar la idea de Estado-nación como marco del orden mundial por su carácter esencialmente antagónico y generador de conflictos entre pueblos y culturas. En un mundo cada vez más interconectado y ante el surgimiento de nuevos riesgos derivados del desarrollo tecnológico, el Tianxia brinda una perspectiva renovada para la política mundial en el siglo XXI. Dicha perspectiva está basada en el principio de la 'interiorización' total. Estableciendo la coexistencia y la racionalidad relacional como ontología, el Tianxia despliega una nueva visión que redefine la universalidad y la legitimidad de la política.
Zhao Tingyang (Shantou, China, 1961) es una de las figuras más destacadas del pensamiento actual en China. Investigador del Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias Sociales de China (Pekín), ha sido profesor visitante y conferenciante en instituciones académicas internacionales. Sus ámbitos de especialización abarcan la metafísica, la filosofía política y la ética. Es autor de más de una decena de libros y numerosos artículos, en los que destaca su reivindicación y reformulación de la idea de Tianxia para el mundo contemporáneo. Sus obras han sido traducidas al alemán, coreano, francés, inglés, italiano y japonés.
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1. EL CONCEPTO DE TIANXIA Y SU HISTORIA
El mundo como raíz de la política
Para discutir sobre el futuro, es necesario discutir sobre la historia. Sin embargo, la finalidad de esta discusión no es extraer lecciones de las experiencias históricas, como se suele decir, sino comprender los genes de la civilización y, de esta manera, analizar los fundamentos de su evolución y sus máximas posibilidades. Al igual que los genes de los organismos, los genes de la civilización son elementos inherentes heredados. No podemos crear un futuro a partir de la nada, necesitamos unos fundamentos. La política cuenta con al menos dos puntos de partida para la formación de sus genes: por una parte, las antiguas polis griegas que dieron lugar a la idea de «política estatal» y, por otra, el sistema Tianxia (??)1 de la antigua China, que dio lugar a la idea de «política mundial». Antes de que surgiera la política, la humanidad temprana ya contaba con una dilatada historia de dominación por parte de numerosos caciques. Sin embargo, no es lo mismo el dominio que la política. El dominio es el orden de los más fuertes en la lógica natural. Dicho de otra manera: es un orden natural en el que un grupo obedece internamente a un líder preponderante y se somete externamente a los más fuertes. No constituye un sistema político que trascienda el orden natural, es decir, un sistema con un ejercicio del poder basado en principios racionales y con distribución de beneficios. Según la definición de Confucio, «Gobierno es rectitud».2 Esto significa que la política solo existe cuando se supera la dominación irracional por las armas y se establece un orden racional universal efectivo. La polis es un prodigio. Al considerar la polis griega como punto de inicio de la política en Europa no estamos negándole unos orígenes mucho más antiguos. En los poemas homéricos se describen espacios públicos políticos (el ágora), y los vestigios de la civilización cretense indican que este tipo de espacios ya existían desde épocas tempranas. Pero parece que es en la polis griega donde encontramos el comienzo de un espacio público maduro en el que la vida privada y la esfera pública disponían cada cual de un carácter y unas funciones precisas. Más prodigiosa aún es la invención del sistema Tianxia en la China antigua, que dio lugar a la política antes incluso que las polis griegas. Dicho sistema fue creado bajo la dinastía Zhou (siglo XI-256 a.C.) y también tuvo formas más tempranas que, según la leyenda, se remontarían cuatro milenios atrás hasta los gobernantes Yao y Shun, o incluso hasta Huangdi (el Emperador Amarillo), hace 5 000 años. No obstante, en estos casos, lo más probable es que se tratara simplemente de una visión mítica sobre los Gobernantes Sabios de la antigüedad remota o un imaginario político que no llegó a institucionalizarse. Pero si nos atenemos a las fuentes históricas fidedignas, el sistema Tianxia en su forma madura surge hace 3 000 años como creación política de la dinastía Zhou. Las dos historias políticas que comienzan respectivamente con la polis y el Tianxia han evolucionado a través de «tiempos que se bifurcan» (retomando la expresión de Borges), discurriendo cada cual por caminos totalmente diferentes y sin cruzarse. Solo en la época moderna tales caminos se han encontrado, dando lugar a conflictos. Hoy, ambas tramas se entrelazan y la globalización está uniendo ambas historias complementarias en un futuro posible. El sistema Tianxia de la dinastía Zhou abrió el paso a una línea de pensamiento político cuyo punto de partida era el mundo. Con todo, resulta difícil determinar en qué época germinó esta concepción política tan inusual. Como dijimos anteriormente, las fuentes antiguas suelen situar esta concepción 4 000 años atrás, en la era de Gobernantes Sabios como Yao, Shun, Yu y Tang, o incluso en la época de Huangdi, hace 5 000 años. Se considera que, en aquellos tiempos, ya existía una forma de cooperación política entre la «miríada de Estados bajo el cielo»3 encabezada por el Hijo del Cielo (?? Tianzi). No obstante, tales afirmaciones son leyendas sin evidencias quE reflejan probablemente la manera en que la dinastía Zhou explicaba e interpretaba, de acuerdo con sus propios ideales políticos, a las dinastías precedentes. Seguramente, la era de los Gobernantes Sabios se caracterizaba aún por la existencia de Estados tribales entre los cuales se establecían relaciones flexibles de cooperación. Los Gobernantes Sabios serían, pues, líderes que gozaban de un mayor reconocimiento y que se situaban al frente de alianzas tribales, pero que, debido a las condiciones civilizatorias del momento (pues aún no existía un sistema de escritura maduro),4 no llegaron a configurar un sistema legal escrito. Tal como demostraron los estudios de Wang Guowei (???, 1877-1927), en la época de las dinastías Xia y Shang el Hijo del Cielo se situaba respecto a los diversos gobernantes del mismo modo que, en épocas posteriores, el líder de la alianza se situaba respecto a los diversos gobernantes, sin que mediara entre ellos una distinción entre soberano y súbditos.5 Una evidencia de esto se encuentra en el documento político más antiguo de China, el Libro de los Documentos (?? Shangshu), que data de hace aproximadamente 3 000 años. Esta obra indica que, a principios de la dinastía Zhou, los gobernantes seguían dirigiéndose unos a otros de manera igualitaria con el tratamiento «Gobernante de un Estado Amigo».6 No obstante, el Libro de los Documentos también señala que los Gobernantes Sabios ya contaban con una incipiente capacidad para coordinar las relaciones entre las numerosas comunidades tribales, la llamada «armonización de la miríada de países» (????)7 e incluso presidían las discusiones cuando se requería la cooperación de todas las tribus para algún asunto de peso, como el control de las inundaciones o el establecimiento del calendario y de las medidas.8 En aquella época, las relaciones de colaboración entre tribus eran generalmente factibles: la arqueología nos muestra cómo las culturas existentes en distintas zonas de China se influenciaban mutuamente, aunque se trataba de formas de colaboración ad hoc y no sistematizadas. Los antiguos veneraban el pasado y solían atribuir sus logros a sus antecesores. Por esta razón, es razonable deducir que el líder común del Tianxia en la era de los Gobernantes Sabios no era un gobernante por ley, sino un líder de una alianza por mor de su capacidad de convocatoria, aunque sin que ello constituyera un sistema político legalmente establecido. Obviamente, es posible que ya en la era de los Gobernantes Sabios comenzara a surgir el imaginario del Tianxia y una suerte de visión política «mundial» que habría dado lugar a la legendaria «armonización de la miríada de países». La sociedad antigua evolucionaba lentamente y tendía a ser conservadora. Por ello, para que se produjera una revolución profunda en su sistema, eran necesarias unas condiciones y unas coyunturas totalmente fuera de lo común. Así, pues, la creación del sistema Tianxia en la dinastía Zhou es un hecho desconcertante que cabe explicar. Hace 3 000 años, la construcción de un sistema político centrado en la política mundial era algo extremadamente avanzado y suponía una concepción muy elevada que sobrepasaba con mucho las condiciones de la vida en aquella época. Así, pues, ¿qué llevó a la dinastía Zhou a pensar de esta manera y por qué fue necesario? Es obvio que la concepción de lo político a partir del mundo no respondía a las vías convencionales. El ámbito de actividad de las antiguas sociedades tribales era muy reducido y la política que realmente necesitaban construir se limitaba por lo general al Estado, por lo que resulta difícil imaginar qué motivos tuvieron para construir una política mundial tan amplia. De hecho, el recorrido histórico usual era que las sociedades tribales se desarrollaran hasta dar lugar a una política estatal. Nunca hasta entonces se habían adentrado en una política mundial. El sistema Tianxia de la dinastía Zhou no solo fue una creación inusitada para la antigüedad, sino que, incluso para el mundo actual, las cuestiones políticas que plantea sobrepasan la realidad presente y pertenecen al futuro. Por esta razón, el sistema Tianxia de la dinastía Zhou tuvo que responder a unas razones históricas muy particulares, de lo contrario no hubiera sido necesaria una concepción política tan avanzada. Volvamos, pues, al contexto histórico para intentar comprender las razones que llevaron a la creación del sistema Tianxia bajo la dinastía Zhou. En época de la dinastía Shang (siglos XVI-XI a.C.), Zhou no era más que un pequeño país en el noroeste de China, en una región semiagrícola y seminómada.9 La dinastía Shang, con capital en la ciudad de Yin10 y con su centro político en la Llanura Central, contaba con una agricultura y metalurgia desarrolladas y una población que posiblemente superaba el millón de habitantes. En cuanto...