E-Book, Spanisch, 324 Seiten
Reihe: Comunicación Educativa
Aparici / Orozco / Crovi Educomunicación: más allá del 2.0
1. Auflage 2010
ISBN: 978-84-16572-61-8
Verlag: Gedisa Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
E-Book, Spanisch, 324 Seiten
Reihe: Comunicación Educativa
ISBN: 978-84-16572-61-8
Verlag: Gedisa Editorial
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Roberto Aparici. Es director del Máster de Comunicación y Educación en la Red y profesor de la UNED. Dirige el Máster de Periodismo Transmedia en un proyecto con la Agencia EFE. Es internacionalmente reconocido en sus estudios en educomunicación, cultura digital y transalfabetizaciones.
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INTRODUCCIÓN
1
Introducción: la educomunicación más allá del 2.0
Roberto Aparici[1]
Las primeras experiencias
La educomunicación implica la interrelación de dos campos de estudios: la educación y la comunicación. Se la conoce también como recepción crítica de los medios de comunicación, pedagogía de la comunicación, educación para la televisión, pedagogía de la imagen, didáctica de los medios audiovisuales, educación para la comunicación, educación mediática, etc.
Hace veinte años, expertos latinoamericanos reunidos en Santiago de Chile convocados por UNICEF, UNESCO y por la organización independiente CENECA (Centro de Indagación y Expresión Cultural y Artística) acordaron que la
educomunicación incluye, sin reducirse, el conocimiento de los múltiples lenguajes y medios por los que se realiza la comunicación personal, grupal y social. Abarca también la formación del sentido crítico, inteligente, frente a los procesos comunicativos y sus mensajes para descubrir los valores culturales propios y la verdad (CENECA/UNICEF/UNESCO, 1992).
Este movimiento educomunicativo se basa en los principios de la pedagogía crítica de Paulo Freire, se originó en Latinoamérica y se extendió luego a España.
En otros países y sin tener contactos entre sí se articularon, también, diferentes movimientos con el objeto de introducir en la enseñanza primaria y secundaria el análisis, estudio y prácticas de los medios de comunicación. Es en 1984 cuando se institucionalizó a nivel mundial este campo de estudios a través de la UNESCO con la publicación en París de La educación en materia de comunicación, coordinada por Morsy. Len Masterman (1993) sitúa los primeros antecedentes en el Reino Unido en el año 1933, con la publicación del libro de Leavis y Thompson Cultura y entorno. Esta obra tenía un mensaje apocalíptico sobre la amenaza que representaban los medios de masas para la civilización y propone que los profesores de lengua serían los encargados de mantener «incólumes los bastiones culturales en un mundo en cambio».
A partir de la segunda mitad del siglo XX, de manera casi simultánea y sin conexión alguna entre sí, comenzó a desarrollarse en diferentes contextos este nuevo campo de estudios, en Estados Unidos con el nombre Media Literacy, en el Reino Unido, Media Education, en Finlandia, Educación Liberal Popular Audiovisual.
A partir de la década de los setenta del siglo pasado se crearon organizaciones no gubernamentales dedicadas específicamente al estudio de los medios, sus lenguajes y a la producción, reflexión y crítica en la educación formal e informal. Los años ochenta y primeros años de la década de los noventa constituyen un período caracterizado por la organización, formación, difusión y expansión de las diferentes prácticas de este campo de estudios que van a dar lugar al nacimiento de movimientos y acciones inicialmente locales, luego regionales y, por último, internacionales. El origen de estos movimientos e intercambios han estado íntimamente ligados al área idiomática (el mundo anglosajón, el mundo iberoamericano, el mundo nórdico) y cultural de los participantes.
Así como en el mundo anglosajón se vincularon especialistas del Reino Unido, Canadá, Australia o Estados Unidos, otro tanto ocurrió en el contexto iberoamericano donde se desarrollaron propuestas de comunicación y cultura popular a partir de los principios pedagógicos de Paulo Freire.
Cada uno de estos grupos lingüísticos propusieron planteamientos y dieron respuestas a las necesidades culturales y sociales de sus respectivos contextos. Por ejemplo, en Latinoamérica a través del CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina) en Ecuador, el ILCE (Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa) en México, CENECA en Chile, ILPEC en Costa Rica, el Plan Deni en Uruguay, el Centro Guarura en Venezuela, SEPAC y Cineduc en Brasil, La Crujía en Argentina.
En España se trabajó la educomunicación a través del Drac Magic en Cataluña, el SOAP en Madrid y, a partir de los años ochenta en la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia)
En Estados Unidos se trabajaron estos aspectos a través del National Telemedia Council, Strategies for Media Literacy y el Center for Media Literacy; en Canadá, la Association For Media Literacy; British Film Institute e Instituto de Educación de la Universidad de Londres en el Reino Unido; la Fundación Finlandesa para la Promoción de la Tecnología (TES) y la Liga Mannerheim en Finlandia; Clemi en Francia, etc.[2]
Hemos comprobado que en los últimos años se ha impuesto a través de la industria del conocimiento una forma determinada de entender y estudiar la educomunicación. A partir de la globalización de la economía y de las tecnologías de la información y de la comunicación (fines de los ochenta e inicios de los noventa del siglo XX), se estandarizaron y expandieron los modelos anglosajones que se convirtieron en el pensamiento hegemónico para abordar este campo de estudios hasta tal punto que, aunque la obra pedagógica de Paulo Freire sea muy conocida en el mundo anglosajón, se desconocen los trabajos de educomunicadores pioneros como Daniel Prieto Castillo, Mario Kaplún o Francisco Gutiérrez. En esta obra incluimos un texto de Daniel Prieto Castillo que nos interroga sobre qué significa ser educador y de Mario Kaplún recuperamos el texto «Pedagogía de la comunicación» que publicamos en el año 1987 en la revista Voces y Culturas.
El desarrollo y ocaso de la educomunicación entre los años setenta y fines de los noventa es inversamente proporcional con la expansión de las nuevas tecnologías y al desarrollo de paradigmas economicistas que se trasladan al mundo de la educación. Los audiovisuales, el estudio de la televisión, el cómic, la prensa, el vídeo fueron sustituidos por aulas de informática y los modelos de formación que comienzan a ponerse en práctica oscilaban, mayoritariamente, entre el tecnicismo y la tecnocracia con el uso de los ordenadores en las escuelas. En este sentido es importante destacar las palabras de Roszack (2005):
Existe una distinción importantísima entre lo que hacen las máquinas cuando procesan información y lo que hace la mente cuando piensa. En un momento en que los ordenadores invaden las escuelas, es necesario que tanto maestros como estudiantes tengan muy presente esa distinción. Pero gracias a la mística, a esa especie de culto, que rodea al ordenador, la línea que divide la mente de la máquina se está haciendo borrosa. Por consiguiente, la razón y la imaginación, facultades que la escuela debe exaltar y fortalecer, corren el peligro de verse diluidas con imitaciones mecánicas de grado inferior.
A fines de la década de los noventa y comienzos del siglo XXI nos encontramos con un escenario y tecnologías diferentes que van a ser los motores del cambio a escala mundial: la virtualidad y el desarrollo imparable de las tecnologías digitales de la comunicación.
Los escenarios virtuales y las tecnologías de la comunicación en el mundo de la educación comienzan a usarse principalmente en e-learning a partir de modelos fordistas basados en paradigmas eficientistas.
Pero este escenario y estas tecnologías constituyen para niños y jóvenes un universo rico en experiencias comunicativas fuera de la vida de las aulas. Este nuevo escenario y las tecnologías de la comunicación son elementos que configuran el objeto de estudio, investigación y producción de la educomunicación en escenarios analógicos y digitales, y su filosofía impregna cualquier tipo de tecnología sea web 1.0, 2.0, 2.1, 3.0, etc.
Estas tecnologías digitales permiten desarrollar aspectos nunca abordados hasta ahora en la educomunicación como son la interactividad, la inmersión, la participación o la convergencia.
Estos aspectos son desarrollados por diferentes autores en la tercera parte de esta obra: María Teresa Quiroz Velasco analiza el papel de la educación en estos tiempos de cultura digital, José Antonio Gabelas se ocupa de la cultura juvenil en los escenarios virtuales y Carlos Scolari analiza el papel de las simulaciones digitales en las nuevas formas de conocimiento.
Principios pedagógicos de la educomunicación
La educomunicación nos...




