E-Book, Spanisch, 182 Seiten
Reihe: Guías HBR
Guía HBR: Finanzas básicas
1. Auflage 2017
ISBN: 978-84-291-9398-5
Verlag: Reverte-Management
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
E-Book, Spanisch, 182 Seiten
Reihe: Guías HBR
ISBN: 978-84-291-9398-5
Verlag: Reverte-Management
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Principales
estados financieros*
¿Qué posee tu empresa y qué deudas tiene con terceros? ¿Cuáles son sus fuentes de ingresos y cómo se ha gastado su dinero? ¿Cuántos beneficios ha obtenido? ¿Cuál es el estado de su salud financiera? Podrás responder a estas preguntas consultando los tres principales estados financieros: el balance de situación, la cuenta de resultados y el estado de flujo de caja.
Estos son los documentos esenciales del negocio. Los ejecutivos los utilizan para valorar el desempeño de la empresa e identificar áreas donde actuar. Los accionistas los analizan para estar al tanto de cómo están gestionando su capital. Los inversores externos los utilizan para identificar oportunidades. Las entidades financieras y los proveedores los consultan rutinariamente para determinar la solvencia de las empresas con las que operan.
Todos los directivos, independientemente de dónde se encuentren en el organigrama de la compañía, deben tener un buen conocimiento de los estados financieros básicos. Los tres utilizan el mismo formato en cualquier empresa, aunque algunas partidas específicas pueden variar en función de la naturaleza del negocio. Si puedes, consigue copias de los estados financieros más recientes de tu empresa para poder compararlos con los ejemplos que aquí trataremos.
Balance de situación
Las empresas elaboran el balance de situación para resumir su posición financiera en un momento dado, normalmente al finalizar un mes, un trimestre o el ejercicio fiscal. El balance de situación muestra qué posee la empresa (sus activos), qué debe (sus pasivos) y su valor contable o patrimonio neto (también conocido como o ).
Los activos son todos los recursos físicos que una empresa puede poner a trabajar al servicio del negocio. Esta categoría incluye dinero en efectivo e instrumentos financieros (como acciones o bonos); existencias de materias primas y productos acabados; terrenos, edificios y equipos; y cuentas por cobrar de la empresa, es decir, fondos que los clientes le deben por bienes y servicios adquiridos.
Los pasivos son deudas a proveedores y a otros acreedores. Si una empresa toma prestado dinero de un banco, ese dinero es un pasivo. Si compra piezas por valor de 1 millón de dólares —y en la fecha del balance de situación aún no las has pagado—, ese millón de dólares será un pasivo. Los fondos que la empresa debe a sus proveedores se conocen con el nombre de cuentas por pagar.
Esta definición da lugar a lo que suele conocerse con el nombre de ecuación fundamental de la contabilidad:
activo – pasivo = patrimonio neto
o
activo = pasivo + patrimonio neto
El balance de situación muestra los activos a un lado del balance y los pasivos y el patrimonio neto al otro. Su objetivo es informar sobre la situación económica y financiera de una empresa. Como su nombre indica, ambos lados del balance deben estar en equilibrio.
Supongamos, por ejemplo, que una empresa informática adquiere de un proveedor de piezas electrónicas placas madre por valor de 1 millón de dólares, con un plazo de pago a 30 días. La compra incrementa los activos de existencias de la empresa en 1 millón de dólares, y sus pasivos —en este caso, sus cuentas por pagar— aumentarán en la misma cantidad. El balance se mantiene en equilibrio. Del mismo modo, si la misma empresa toma prestados 100.000 dólares de un banco, la inyección de efectivo aumentaría tanto sus activos como sus pasivos en 100.000 dólares.
Ahora supongamos que esta empresa tiene 4 millones de patrimonio neto y un incendio quema activos no asegurados por valor de 500.000 dólares. Sus pasivos seguirán siendo los mismos, pero su patrimonio neto —lo que quedará una vez que haya satisfecho sus obligaciones— bajará hasta los 3,5 millones.
Observa cómo el total de activos es igual al total de pasivos más el patrimonio neto en el balance de situación de Percheros SA, la empresa imaginaria cuyas finanzas iremos analizando a lo largo del presente capítulo. El balance de situación (véase la página 15) no sólo describe cuánto tiene la compañía invertido en activos, sino también qué tipo de activos posee, qué parte corresponde a los acreedores (pasivos) y qué parte son recursos propios (patrimonio neto). El análisis del balance de situación puede darte una idea de la eficiencia con la que una empresa utiliza sus activos y gestiona sus pasivos.
Los datos contenidos en un balance de situación son útiles sobre todo cuando se comparan con la misma información de uno o más años. El balance de situación de Percheros SA muestra sus activos, pasivos y patrimonio neto a 31 de diciembre de 2010 y 31 de diciembre de 2009. Compara las cifras y podrás comprobar que Percheros SA está yendo en la buena dirección: ha aumentado su patrimonio neto en 397.500 dólares.
Analicemos más detenidamente cada sección del balance de situación.
Activos
Lo primero de la lista son los activos fijos (o no corrientes), más difíciles de convertir en efectivo. La mayor categoría de activos no corrientes suele ser la de bienes inmobiliarios, instalaciones y equipos; para algunas empresas, esta es la única categoría bajo este epígrafe.
Las fusiones y adquisiciones pueden añadir otra categoría de activo: si una empresa ha adquirido otra compañía por un precio por encima del valor justo de mercado de sus activos, la diferencia se conoce como fondo de comercio y debe quedar registrada. Se trata de una ficción contable, pero el fondo de comercio suele incluir elementos intangibles con valor real, como las marcas, la propiedad intelectual o la reputación que haya acumulado la empresa.
Puesto que, salvo los terrenos, los activos no corrientes no duran para siempre, la empresa debe cargar una parte de su coste a los ingresos durante su vida útil estimada. Es la operación conocida como amortización, y el balance de situación muestra la amortización acumulada para todos los activos no corrientes de la empresa. El valor de bienes inmobiliarios, instalaciones y equipos menos la amortización acumulada es igual al valor contable actual de bienes inmobiliarios, instalaciones y equipos.
Para finalizar, el activo circulante (o corriente): las existencias, las cuentas a cobrar, los valores negociables y el efectivo en caja. En términos generales, el activo circulante puede convertirse en efectivo en menos de un año.
Pasivos y neto patrimonial
El balance de situación muestra, en efecto, cómo se pagaron los activos: con dinero prestado (pasivo), capital de los propietarios o ambos.
Como hemos explicado antes, si restamos todos los pasivos del total de activos nos queda el patrimonio neto. En éste se incluye el beneficio no distribuido (beneficio neto que se acumula en el balance de una compañía después de repartir los dividendos entre los accionistas) y el capital desembolsado (capital recibido a cambio de acciones).
Ahora prestemos atención a las obligaciones de la compañía.
Los pasivos a largo plazo suelen ser bonos e hipotecas: deudas que por contrato la empresa está obligada a reembolsar en un periodo de tiempo mayor a un año.
La categoría de pasivo corriente representa el dinero que debe a acreedores y otros, y que normalmente deberá abonar en el plazo de un año. Incluye préstamos a corto plazo, sueldos devengados, impuestos sobre ingresos devengados, cuentas por pagar, así como la obligación actual de reembolso de un préstamo a largo plazo.
Coste histórico
Es posible que las cifras del balance de situación no se correspondan con los valores reales de mercado, salvo si se trata del dinero en efectivo, las cuentas por cobrar o las cuentas por pagar. La razón es que los contables deben registrar la mayoría de los elementos a su coste histórico. Por ejemplo, si el balance de una empresa incluye un terreno por valor de 700.000 dólares, este número se refiere a lo que pagó la empresa por él cuando lo compró. Si lo adquirió en el centro de San Francisco en 1960, podemos tener la certeza de que ahora su valor será inmensamente mayor que la cifra consignada en el balance de situación. Entonces ¿por qué utilizan los contables valores históricos en lugar del valor de mercado? La respuesta breve es que se trata del mal menor. Si hubiera que registrar los valores de mercado, entonces cualquier empresa que cotice en bolsa tendría que realizar una tasación profesional de todas sus propiedades, existencias en almacén, etc., y lo tendría que hacer todos los años, lo que sería una pesadilla logística.
¿DÓNDE ESTÁN LOS ACTIVOS HUMANOS?
Cuando se analizan los estados financieros de una empresa para conocerla mejor, suele observarse que el balance de situación tradicional no refleja el valor y el potencial de beneficios del capital humano y otros elementos intangibles. (Recuerda que los elementos intangibles incluidos en el fondo de comercio sólo aparecen cuando una empresa adquiere otra empresa y la cifra sólo representa el valor intangible de la compañía adquirida en el momento de la compra.) La ausencia de elementos intangibles en el balance es especialmente significativa en el caso de empresas basadas en el conocimiento, cuyas habilidades, propiedad...