E-Book, Spanisch, 352 Seiten
Reihe: 3P
Read / Geekie El sentido de la locura
1. Auflage 2015
ISBN: 978-84-254-2890-6
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection
La exploración del significado de la esquizofrenia
E-Book, Spanisch, 352 Seiten
Reihe: 3P
ISBN: 978-84-254-2890-6
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection
La obra que el lector tiene en sus manos analiza esa experiencia que solemos denominar locura, esquizofrenia o psicosis, la cual se halla presente en todas las sociedades y, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, en todas las épocas, ya que la tendencia de la mente a desviarse de lo que una sociedad determinada considera 'normal' y aceptable, junto con la propensión del resto de los miembros de dicha sociedad a sancionar estas desviaciones, es uno de los aspectos centrales de la naturaleza humana. Sin subestimar la importancia de las manifestaciones del fenómeno -las alucinaciones, las ideas delirantes y los trastornos cognoscitivos-, Jim Geekie y John Read abordan en esta obra las experiencias subjetivas, una cuestión fundamental y tradicionalmente relegada por los estudios, ya que consideran que los individuos que experimentan la locura están capacitados para realizar comentarios únicos sobre dicha experiencia y pueden ofrecer una contribución importante a nuestra comprensión de la misma. El sentido de la locura es una lectura esencial para los profesionales de la salud mental, así como para los pacientes y para sus familiares.
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PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA.
INTENTANDO ENTENDER LA «LOCURA»
Jorge L. Tizón
La colección en la que se encuadra el libro que el lector tiene entre sus manos es 3P (Psicopatología y psicoterapia de las psicosis) de Herder Editorial. El primer volumen de la colección fue, precisamente, el compilado por Read, Mosher y Bentall, Modelos de la locura (2007). En él, los autores se aplicaban a una pormenorizada crítica, tanto ideológica como con datos empíricos, de los «conceptos» habituales de la esquizofrenia y la locura, así como de los modelos usuales con los cuales son entendidas y tratadas. En este tomo, sus autores han dado un paso más y nos proponen los primeros elementos y pruebas para otro modelo de entender o de «dar sentido» a lo que prefieren seguir llamando «la locura», más que «esquizofrenia» o «psicosis».
Partiendo de los argumentos de aquel primer volumen, desarrollados en otros varios de nuestra colección, Geekie y Read realizan aquí un resumen de las críticas al «concepto» de «esquizofrenia»,1 calificándolo como un concepto esencialmente discutible. A partir de ahí, inician una interesante y arriesgada búsqueda de nuevas nociones y datos sobre «la locura» (madness, el término que ambos autores prefieren), con la postulación consecutiva de un nuevo modelo y de los inconvenientes que se oponen a su desarrollo.
Para ese nuevo modelo consideran básico rescatar el valor de la experiencia subjetiva de los propios pacientes y sus allegados, algo que los psicoanalistas interesados por la atención integra la las psicosis venimos defendiendo desde hace decenios. Pero Geekie y Read lo hacen desde perspectivas diferentes a las nuestras, al mismo tiempo actualizadas y radicales; desde perspectivas que tal vez podríamos calificar de «cognitivo-conductuales experienciales y comunitarias». Por ejemplo, coherentes con ese «rescatar las experiencias personales y la locura como experiencia humana», realizan una curiosa y divertida presentación de sí mismos, los propios autores, en la que consideran sus propias experiencias psicóticas. Además, insisten en la necesidad de volver a escuchar a fondo a los pacientes con psicosis (un hábito no solo clínico, sino de educación mínima, que la psiquiatría había perdido en los últimos decenios). Su objetivo es ambicioso: poder tener en cuenta en la terapia y la conceptualización de la psicosis las historias, las narrativas y las perspectivas de los propios pacientes. Algo en lo que, por cierto, como he discutido a menudo con John Read, coincidimos muchos psicoanalistas especializados en el tema, a pesar de que el mundo académico anglosajón suele pasar por alto tal coincidencia. No así Geekie y Read, que incluso han incluido un subcapítulo sobre la perspectiva psicodinámica de las psicosis dentro de su lista de perspectivas o «teorías» de la esquizofrenia.
Consecuentes también con ese intento de un nuevo modelo para la locura, los capítulos están escritos en una terminología accesible, y utilizando las experiencias de varios «colaboradores» en la investigación o «pacientes colaboradores», quienes ponen palabras, narrativas a sus propias perspectivas y experiencias psicóticas. Con esa base, los dos autores hacen un repaso de las investigaciones de las causas psicológicas, en la psicopatología del desarrollo, biológicas y espirituales de las psicosis. El lector en castellano poco acostumbrado a consultar literatura anglosajona sobre estos temas encontrará llamativa la inclusión del sustantivo «causas» (que remite a una epistemología preconstructivista) y del adjetivo «espirituales», máxime proviniendo de autores como Read y Geekie. Y ello tanto en la explicación como en las terapias de las psicosis... Pero se trata de una línea de investigación cada vez más desarrollada en el mundo anglosajón, una línea que, a nuestro entender, en sus orientaciones más lúcidas intenta deslindar los aspectos meramente dogmáticos o religiosos de determinadas formas de comprender la espiritualidad, con respecto a los elementos afectivos, culturales, ideológicos o simplemente «íntimos» de la misma. Una línea y un calificativo sumamente controvertidos y que, entre nosotros, no dejarán de dar lugar a extrañezas y controversias, pero que los autores no se arredran en plantear.
En su viaje en este libro se centran en las «causas psicológicas» de la psicosis, haciendo gran hincapié en la experiencia vivida, la importancia de las vivencias durante el desarrollo, la biología y la espiritualidad. Desde su punto de vista, para «entender» y «explicar» la locura hay que ser capaces de oír las descripciones de esas experiencias hechas por los propios sujetos, sus «narrativas», estudiar el impacto intrapersonal e interpersonal de tales experiencias, estudiar el tipo de repuestas y afrontamientos hechos y que debieran hacerse frente a las mismas, etcétera. Es decir, que vuelven a defender toda una revalorización de las vivencias de la locura que ya desde hace decenios venían postulando autores de raíz clínico-fenomenológica como Kretschmer, von Weiszäcker, Conrad o Laing, psicoanalistas como Federn, Klein, Bion, Rosenfeld, Meltzer, Murray, Alanen, Cullberg, Lucas o yo mismo, así como otros autores e investigadores de corrientes diversas: sistémicos, «humanistas», estratégicos o narrativistas. Pero Geekie y Read lo hacen con una perspectiva teórica y técnica diferente, que podríamos definir como «cognitivo-conductual ampliada» o que antes hemos calificado de «cognitivo-conductual experiencial y comunitaria» (pues tiene en cuenta de forma radical tanto lo emocional y experiencial como las aportaciones microsociales y comunitarias). Con la particularidad de que, ya lo decíamos, los autores son capaces de incluir un subapartado sobre la perspectiva psicodinámica y psicoanalítica de las psicosis, un reconocimiento que se echa en falta en centenares de volúmenes, en especial conductistas o cognitivo-conductuales, sobre el tema. Siendo público y notorio, algunos pensamos que hoy volvemos a hallarnos en una situación privilegiada para la cooperación entre los paradigmas que, desde la práctica de la psicopatología, dominan en la actualidad nuestras formas de afrontar las psicosis: el psicoanalítico, el cognitivo-conductual, el sistémico y los programas mixtos. Cerrar los puentes de conocimiento mutuo e intercambio tiene como resultado perpetuar la funesta controversia ideológica y de poder que ha entorpecido durante más de medio siglo el progreso de una compresión más psicológica y psicosocial de las psicosis y, en general, de la psicopatología.
Otra aportación de interés, y arriesgada en el clima actual, es la crítica que Geekie y Read realizan del famoso y ubicuo «modelo vulnerabilidad-estrés», modelo dominante hoy en los estudios e investigaciones sobre las psicosis. En la medida en que ese modelo se ha ido sectarizando y parcializando por los intereses del poder biologista, tanto universitario como industrial, no nos queda sino dar en buena medida la razón a las críticas de Geekie y Read, que lo califican como un modelo, en último extremo, tautológico y que, por tanto, como ha escrito Bentall en esta misma colección,2 acaba suponiendo no más que una «generalización desprovista de sentido». Pero no es esta la intención de nuestros autores ni de este libro ni, dicho sea de paso, de esta colección: al contrario, somos partidarios de recoger la experiencia vivida por los pacientes para perfilar nuestros enfoques, tanto teóricos como terapéuticos. Estudiar a los individuos con experiencias como sujetos y sus particulares vivencias y hacerlo desde un punto de vista empírico es mucho más complejo que estereotipar y parcializar la realidad de la psicosis hasta poder centrarse en esos entes desprovistos de identidad, de sentido del sujeto, que la psiquiatría dominante nos tiene acostumbrados a estudiar; de ahí lo arriesgado y metodológicamente complejo de la búsqueda emprendida por Geekie y Read.
El resultado de sus investigaciones y reflexiones les lleva, por ejemplo, a postular un énfasis decisivo para tres conceptos o constructos teóricos, básicos, según ellos para una nueva perspectiva de las psicosis, de la «locura»: fragmentación-integración, invalidación-validación y espiritualidad. El constructo teórico de fragmentación-integración se va extendiendo hoy como uno de los fundamentos teóricos de toda perspectiva no biologista de la psicosis, la «locura», la esquizofrenia. Desde esa perspectiva, la psicosis consiste en una dificultad, basada en vulnerabilidades biológicas, psicológicas o sociales, para integrar la experiencia en un self o sentido del sujeto y la identidad consistentes y coherentes. Para poder dar sentido a las propias experiencias, y sobre todo a las más conflictivas y/o extrañas, ha de haber un self que les dé ese sentido en la organización de la propia personalidad e historia. En la perspectiva pragmática, en la clínica cotidiana, ser capaz de dar un significado a las vivencias psicóticas es una de las vías fundamentales para poder reintegrar el self del paciente con psicosis e integrar dentro de él esas experiencias psicóticas, algo que en esta colección hemos defendido desde diversas perspectivas, tanto psicoanalíticas como cognitivas y neurocognitivas.3 Algo que es básico, además, porque los propios pacientes y sus familiares lo reivindican cada vez con mayor vigor cuando se quejan de una práctica de la psiquiatría «anencefálica» y «antirrelacional» como lo han hecho, por ejemplo, pacientes, familiares y profesionales...




