Sabido | Teatro sagrado | E-Book | www.sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, 380 Seiten

Reihe: Artes

Sabido Teatro sagrado

Los "coloquios" de México
1. Auflage 2016
ISBN: 978-607-03-0797-3
Verlag: Siglo XXI Editores México
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark

Los "coloquios" de México

E-Book, Spanisch, 380 Seiten

Reihe: Artes

ISBN: 978-607-03-0797-3
Verlag: Siglo XXI Editores México
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark



'Teatro Sagrado, los 'coloquios' de México', es un viaje por los subsuelos de México. ¿De dónde vienen las pastorelas? ¿Cómo se generan las estremecedoras ceremonias como las pasiones indígenas? ¿Por qué los carnavales de Chamula, Huejotzingo y Michoacán difieren tanto entre sí sin dejar de ser siempre celebraciones de la apertura del año en febrero? ¿De dónde viene la infamante y esquizofrénica división de nuestro país entre 'los indios' y 'la gente de razón'? Basado en una investigación monumental, que abarca tres mil años de historia de México, Miguel Sabido contesta estas preguntas y plantea su alarma ante el hecho de que están desapareciendo de manera acelerada e implacable. Y que muy pocos parecen darse cuenta y preocuparse por ello. Pero no sólo eso; en este libro -que seguramente generará múltiples y apasionadas polémicas- Sabido plantea métodos que ha comprobado a lo largo de su carrera para salvar esas ceremonias, continuar y robustecer la tradición, y sobre todo, remozarlas y ponerlas al alcance de toda la sociedad para ayudar a reparar el tejido social que se ha visto tan lastimado en los últimos treinta años.

Miguel Sabido nació en la ciudad de México, de padre indígena maya y madre criolla tamaulipeca. Desde su infancia conoció 'los subsuelos de México' con su familia indígena y el mundo criollo de la alta cultura de su familia vasconcelista. Toda su vida ha luchado por integrar los dos Méxicos, el 'indígena' y el de le 'gente de razón', y sostiene la tesis de que todos somos mexicanos solamente. Su labor como escritor, dramaturgo, productor, teórico practico de la comunicación es conocida y apreciada en el mundo entero. Ha recibido mas de ochenta premios y nominaciones nacionales e internacionales
Sabido Teatro sagrado jetzt bestellen!

Autoren/Hrsg.


Weitere Infos & Material


PRÓLOGO

Este libro nos arroja al rostro una serie de interrogantes que acaso nunca podamos despejar. Al propio tiempo, nos propone un haz de problemas dignos de la mayor atención. En especial, creo, el que se refiere a la manera como se ha producido, en México, el proceso de la aculturación.1 Se reduce, y hasta el absurdo en ocasiones, el efecto del encuentro brutal entre los pueblos amerindios y los conquistadores españoles. Por un lado, se dice que la cultura prehispánica fue cortada de tajo y que se impuso a los pueblos sometidos la lengua y las costumbres de los europeos. Por otro, se afirma, no sin razón, que la nuestra es una cultura mestiza, híbrida, el fruto de la unión entre dos visiones no sólo diferentes sino incluso opuestas del mundo. Las dos tesis, contradictorias, poseen una gran dosis de verdad. A pesar de haber sido sometida, la cultura, la lengua y la visión mítica de los pueblos amerindios está aún viva en nuestro país, por un lado. Por otro, no se puede reducir un fenómeno complejo (la construcción del México actual) a la mera suma de dos elementos.

Las dos tesis se apoyan en causas y hechos de no poco peso. ¿Cuál de las dos debe prevalecer? Es cierto que la Corona española insistió, a lo largo del virreinato, en la necesidad de enseñar la lengua española a las comunidades amerindias, pero no es menos cierto que los misioneros no acataron las órdenes reales: aprendieron las lenguas nativas y adoctrinaron en ellas a los pueblos de Mesoamérica. Por esta causa disponemos de un gran número de diccionarios y gramáticas de las lenguas náhuatl, otomí, purépecha, maya, cahita o zapoteca.2 En tan to que las comunidades pudieron conservar sus tierras y costumbres, su cultura se mantuvo.

A pesar de la agresión de que han sido objeto, las comunidades originarias guardan muchos aspectos de su visión mítica. No omito subrayar que en los dos siglos de vida independiente, la mayoría nacional hispanohablante ha minado la base material de las comunidades amerindias de manera brutal y en proporción mayor a la destrucción que ocurrió en los tres siglos del virreinato. Las Nuevas Leyes de Indias, promovidas por Bartolomé de Las Casas, dividieron a la población de la Nueva España en dos segmentos. Por un lado, la República de los Indios; por otro, la República de los Españoles, sin que una pudiera tocar a la otra. Tras de la Independencia, por las Leyes de Reforma, las tierras comunales fueron poco a poco desamortizadas, quiero decir, entraron en la circulación mercantil. Las leyes de la república concedieron a los habitantes de la nación una sola categoría jurídica, la de ciudadanos. La población dejó de segmentarse en españoles (sean peninsulares o criollos), indios y castas, para adquirir la condición de mexicanos. Se estableció, por lo tanto, la igualdad de todos ante la ley (tal vez una igualdad ficticia, imaginada).

En Teatro sagrado, Miguel Sabido nos muestra la persistencia de un diálogo entre la cultura amerindia y la europea y pone ante los ojos fenómenos culturales que persisten a lo largo de más de cinco siglos. ¿Qué sucede?, preguntemos. México es complejo y plural. Hay un México híbrido, mestizo, no cabe la menor duda. Pero ese México híbrido no es sólo el que está formado por la mayoría nacional, la que habla español. Hay en México muchos Méxicos, híbridos y complejos. Entre otros, aquel México profundo, soterrado, que vive y que se expresa por todos los poros de la nación. Lo integran diversas etnias amerindias, que tampoco son ni pueden ser ya homogéneas porque han recibido, con matices diferentes, el impacto occidental.

No podemos olvidar que los pueblos amerindios siguen vivos, que su lengua y su cultura están presentes en la vida del país. El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) ha levantado un censo extraordinario por el que se informa, con todo detalle, el número y el lugar donde se localizan los hablantes de once familias lingüísticas amerindias. Estas once familias, a su vez, se dividen en sesenta y ocho agrupaciones lingüísticas (tradicionalmente llamadas lenguas), que se fragmentan en trescientas sesenta y cuatro variantes lingüísticas.3 Así, los hablantes de lenguas originales, monolingües o multilingües, ascienden a cerca del diez por ciento de la población de nuestro país. La cifra oscila alrededor de diez millones de personas, o sea, cuatro veces superior a la que sumaban los habitantes del territorio en el año aciago de 1521 en el que Cortés y sus huestes culminaron la conquista del señorío mexica de Tenochtitlan. Por lo tanto, hay que saber cómo vive cada uno de esos pueblos y cómo ha hecho suya la impronta occidental. Las variantes abundan. Los yaquis y los mayos de Sonora y Sinaloa se entreveran con la población mestiza, cultivan tierras de regadío y usan tractores modernos. Los tarahumaras habitan en las barrancas agrestes de la sierra de Chihuahua. Los coras y huicholes viven en los parajes de la Mesa del Nayar y conservan, casi intactas, sus costumbres y lenguas. Los tzeltales y los tzotziles, dispersos por los Altos de Chiapas, se visten con cotones de lana. Las mujeres nahuas de la Sierra de Puebla adornan sus vestidos blancos con corales sintéticos que vienen de Japón. A su vez, las indígenas incas de Ecuador y Perú se tocan con sombreros de fieltro, por supuesto que occidentales.

Estos pueblos han asimilado algunos rasgos de la cultura occidental y la han incorporado en su visión del mundo. Coras y huicholes asumen, pongo por caso, en el tronco vital de su cultura, ciertos aspectos de la religión cristiana, pero la han transformado en algo propio. Para ellos, en la Semana Santa, Cristo equivale al Sol y los judíos que cubren su cuerpo con betún, que lo persiguen y lo crucifican, son los astros que por la tarde y la noche lo opacan y lo matan.4 Estas muertes son, si se puede decir así, de carácter simbólico (o mejor, mítico), ya que, por las mañanas, ocurre lo inverso. En la cosmología mexica, al igual que en la cora, cada amanecer, Huitzilopochtli, el Sol, mata a sus hermanos, los Centzon Huitznahua (Cuatrocientos o Innumerables del Sur), los astros, y degüella a su hermana, Coyolxauhqui, la Luna. Además, cada solsticio de invierno, Huitzilopochtli, el Sol, vuelve a nacer desde las entrañas de su madre, Coatlicue, la Tierra. Y cada 52 años nace otra vez, renovado, en la ceremonia del Fuego Nuevo. Los ciclos se repiten, pues, todos los días, todos los años, todos los siglos.

A diferencia de lo que relatan los diversos textos egipcios, mesopo- támicos y occidentales sobre el nacimiento del cosmos (desde la Epopeya de Gilgamesh hasta la Cosmogonía de Hesíodo y el Génesis bíblico), en donde los hechos son hechos de una vez y para siempre y en los que el tiempo es pensado y descrito bajo la forma de una línea recta trazada de izquierda a derecha, tal como se escribe en Occidente, o sea, con un inicio cierto y definitivo, en Mesoamérica, por el contrario, la línea del tiempo es circular. Se repite, una y otra vez, todos los días y todos los años. Lo que sucede cada día, sucede cada año y cada ciclo de 52 años. Huitzilopochtli (el Sol) nace y muere todos los días (y todos los solsticios de invierno, lo dije) y todas las noches se hunde en las aguas primordiales sobre las que se sostiene el caimán, Cipactli, la Tierra, que lo devora. Por su parte, los astros duermen durante el día.

Se trata, lo diré una vez más, de una visión mítica del mundo. ¿Hay todavía restos de esta cosmovisión entre los pueblos vivos de México? Por supuesto. Pero en ellos se han incrustado, de manera fragmentaria, rasgos decisivos de la cultura occidental, fundamentalmente aquellos que se derivan de la religión cristiana. Los pueblos mesoamericanos, por lo tanto, participaron antes y participan ahora en un trabajo constante y ritual: mantener vivo el cosmos. Miguel Sabido lo destaca.

En ese mismo sentido, no podemos hacer caso omiso de cuanto el grueso de la población mexicana, la hispanoparlante, ha asimilado de los pueblos amerindios. Esta aculturación se expresa en el léxico, la culinaria o las costumbres. Si hacia la mitad del siglo xx estaba vigente en algunos círculos intelectuales de nuestro país la búsqueda de una cierta entidad metafísica a la que se daba el nombre genérico de mexicano, la investigación antropológica pone ahora el acento en la diversidad y estudia, hasta el mínimo detalle, rasgos y costumbres de los pueblos amerindios. La búsqueda de la identidad nacional, por una parte, y de la entidad genérica, por la otra, condujo al olvido de muchos matices particulares, en tanto que puso el acento en una abstracción, lo mexicano, y postuló una entidad genérica llamada México (un México extraño, homogéneo, en el que se anulaban y disipaban las diferencias. Por entidad genérica entiendo la abstracción que indaga por la identidad nacional y que hace caso omiso de la particularidad). El México ficticio se expresó en la tendencia filosófica que buscaba (en realidad, construía teóricamente) un México idéntico a sí mismo, un México que, gracias a la revolución, había hecho una súbita inmersión en el interior de sí mismo.

Esta indagación filosófica fue cultivada, con notable ahínco, entre otros, por Samuel Ramos, José Gaos, Emilio Uranga, Jorge Portilla, Leopoldo Zea, Luis Villoro, Jorge Carrión, Abelardo Villegas... Acaso haya culminado, en el doble sentido de que alcanzó su nivel más alto y al propio tiempo inició su declive, cuando...



Ihre Fragen, Wünsche oder Anmerkungen
Vorname*
Nachname*
Ihre E-Mail-Adresse*
Kundennr.
Ihre Nachricht*
Lediglich mit * gekennzeichnete Felder sind Pflichtfelder.
Wenn Sie die im Kontaktformular eingegebenen Daten durch Klick auf den nachfolgenden Button übersenden, erklären Sie sich damit einverstanden, dass wir Ihr Angaben für die Beantwortung Ihrer Anfrage verwenden. Selbstverständlich werden Ihre Daten vertraulich behandelt und nicht an Dritte weitergegeben. Sie können der Verwendung Ihrer Daten jederzeit widersprechen. Das Datenhandling bei Sack Fachmedien erklären wir Ihnen in unserer Datenschutzerklärung.