E-Book, Spanisch, Band 21, 156 Seiten
Reihe: Tiempo de Mirar
Samuel Viajar y meditar
1. Auflage 2021
ISBN: 978-84-18708-87-9
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
E-Book, Spanisch, Band 21, 156 Seiten
Reihe: Tiempo de Mirar
ISBN: 978-84-18708-87-9
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Sarah Samuel ha viajado por todo el mundo, explorando muchas tradiciones espirituales, prácticas y enseñanzas distintas. Integra la conciencia plena en su vida cotidiana a través de la meditación y los cursos y talleres que imparte.
Weitere Infos & Material
VER CON LOS OJOS ADECUADOS
Siempre me ha fascinado la capacidad de ser transportada desde mi entorno familiar a mundos aparentemente nuevos, en los que mi percepción y conocimiento del mundo tal y como lo conozco se reinventa y deleita de manera constante.
No obstante, aunque tengamos la fortuna de ver en persona los paisajes esenciales de Islandia, las estupas sagradas de Birmania, los brumosos valles de Escocia o las ajetreadas aceras de Nueva York, nuestra capacidad para apreciar dónde estamos depende en última instancia de nuestra actitud ante la vida y de cómo nos sentimos por dentro. En cualquier parte, para una persona malhumorada la comida nunca será lo bastante buena, el viaje nunca será lo bastante tranquilo y la gente nunca será lo bastante acogedora. Podemos viajar para alejarnos de todo, pero dondequiera que vayamos vamos con nosotros mismos.
Cuando experimentamos algo nuevo, nuestra mente está muy activa agitando nuestras emociones. Mientras interpretamos, imaginamos, esperamos, anhelamos y reflexionamos, nos acercamos a lo que nos rodea. Nuestra experiencia depende de todo lo que le aportemos: recuerdos, sentimientos, sensaciones físicas y pensamientos. Si queremos mejorar nuestra experiencia, debemos ser conscientes de cómo estamos en cada momento. Puede que sea una tarea difícil, pero, al ser conscientes de todo lo que somos, tenemos la oportunidad de cambiarlo. Esto es la conciencia plena. Cuando somos curiosos y aceptamos lo que hay, nos abrimos a nuevas posibilidades.
«No vemos las cosas como son.
Las vemos como somos».
ANÓNIMO
Abrir los ojos al mundo que nos rodea y a nuestro mundo interior
Cuando adoptamos un enfoque consciente de los viajes, ponemos la intención en estar más atentos a lo que sucede en nuestro interior y a nuestro alrededor, con el fin de entender cómo vemos el mundo a través de nuestros propios ojos. Descubrimos más sobre nuestra relación única con el mundo: lo que llama nuestra atención, lo que nos estimula y lo que no nos gusta. También nos volvemos más conscientes de nuestros sentimientos y emociones, y de cómo estos influyen en nuestra interpretación del mundo y en nuestras experiencias.
Nuestra capacidad para apreciar de verdad dónde estamos, en cualquier momento, depende absolutamente de nuestra capacidad para estar en calma. Los momentos de viaje que han quedado más vívidos en mi memoria son aquellos en que lo que estaba ocurriendo dentro de mí —ya fuese ira, emoción, alegría o tristeza— se calmaba y yo podía estar presente por completo en lo que me rodeaba, ya fuese prestar toda mi atención a una flor, a sus texturas, colores y perfume, o sentarme en la ladera de una colina y contemplar el valle y las cimas circundantes. En esa calma yo formo parte de la escena, estoy conectada a todo lo que es y consciente al mismo tiempo de mi propia respuesta a ello. Son estos momentos los que podemos grabar para siempre en nuestra memoria para volver a ellos una y otra vez.
Cuando entramos en la quietud, nos convertimos en observadores más conscientes de todo lo que es. Cuando dejamos de lado la necesidad de cambiar algo, podemos reconocer y aceptar las cosas como son, abriéndonos a todo lo que nos rodea y a lo que surge de forma natural en nuestro interior. Mientras viajamos, es esta sensación de quietud lo que también nos va a sostener en los momentos más difíciles, manteniéndonos en la confianza de que la calma permanece y puede encontrarse si le damos una oportunidad. Aunque parece fácil, ser consciente del pensamiento y dejarlo ir requiere práctica, y por esta razón muchas personas se inician en la meditación.
EJERCICIO DE CONCIENCIA PLENA
PERMANECER QUIETO
Cuando te sientes a leer este libro, tómate cinco minutos para permanecer quieto. Ponte cómodo, de preferencia sentado en un espacio sin distracciones. Puedes sentarte ante tu escritorio, en un sillón o en el suelo, con las piernas cruzadas.
• Cierra los ojos y céntrate en tu respiración. Limítate a dejar que tu respiración sea como es. Sigue su ascenso y descenso, y resístete al impulso de cambiarla. Tan solo observa cómo es.
• Pueden llegarte pensamientos que te alejen de esta consciencia. Si lo hacen, vuelve con suavidad a tu respiración.
• Tras aproximadamente un minuto, siente el cambio en tu ser como resultado de haber realizado este ejercicio. ¿Estás más centrado o tranquilo? ¿Quieres seguir o quieres dejarlo ya? ¿O tal vez te estás regañando porque piensas que no lo estás haciendo bien? Si es así, mira si puedes permitirte equivocarte. El fin de este ejercicio es ser consciente de cómo eres, no ser perfecto.
• Pasados unos minutos, abre los ojos. Con la mirada relajada, toma conciencia de todo lo que tienes al alcance de la vista. Céntrate en un objeto, tal vez una planta, un lápiz o una taza. Fíjate en el detalle, su quietud o su movimiento, su color y su forma. ¿Empiezas a sentir más vibración en las cosas? ¿Habías percibido este nivel de detalle antes?
• De vez en cuando, durante el día, dedica unos minutos a concentrarte en tu respiración y luego observa lo que te rodea.
Meditación de la conciencia plena
La meditación de la conciencia plena se suele hacer sentado o caminando por algún sitio en el que no haya distracciones, con el fin de centrarse en los sonidos, imágenes y aromas que nos rodean, o de centrarse en el interior, tal vez en nuestra respiración o en un mantra. Los pensamientos pueden surgir y empezar a imponerse. Este es un esquema habitual para muchos, pero centrarse en la respiración o en un mantra ayuda a volver al momento presente. A medida que nos hacemos más conscientes del ahora, dejando de lado nuestros pensamientos, nos permitimos sentir de forma más plena, y de manera natural se despierta nuestra curiosidad por lo que estamos experimentando. Cuando aplicamos este enfoque a cualquier aspecto de nuestra vida, nuestra experiencia mejora y se hace más profunda.
«El mindfulness proporciona un camino sencillo
pero potente para desbloquearnos y ponernos de nuevo en contacto con nuestra propia sabiduría y vitalidad».
De Inocentes en el extranjero,
MARK TWAIN
¿Qué nos impide permanecer quietos?
Todos nacemos queriéndonos, pero, según se desarrolla nuestra vida, solemos perder ese sentimiento y acabamos creyendo que no somos bastante tal y como somos. De niños aprendemos enseguida que hay ciertos comportamientos que se aprueban y otros que no. La mayoría de los niños intentan que sus padres los quieran y de ese modo empiezan a amoldarse. Esta actitud continúa cuando vamos al colegio, iniciamos relaciones y empezamos a trabajar. Aprendemos qué es aceptable y qué no, a pesar de que es probable que sintamos cosas que no se adecuan a lo que consideramos adecuado, cosas como ira, celos o tristeza. También puede que descubramos que no cumplimos con lo que los demás esperan de nosotros, tal vez porque no estudiamos con suficiente empeño o no seguimos las creencias religiosas de nuestros padres. Es muy común seguir toda nuestra vida adulta creyendo que no estamos a la altura tal como somos y seguir necesitando hacer más para demostrar lo que valemos y para que nos quieran. A menos que empecemos a sentirnos bien tal y como somos justo ahora, con todas nuestras decepciones, aparentes defectos y sentimientos de falta de valía, ningún esfuerzo nos va a llevar hasta allí en el futuro.
Para mí, la meditación es el espacio al que entro en el interior de mí misma que me permite aceptar que valgo tal y como soy, y que todo lo que me rodea es tal y como tiene que ser. Es un espacio de compasión y amor incondicional a mí misma.
Esto es increíblemente liberador. Muchas de nuestras acciones están impulsadas por el deseo de lograr, crecer, recibir aprobación, hacer dinero o sentirnos mejor que ahora. Cuando podemos parar y limitarnos a ser, dejamos de sentir esa presión. Si nos detenemos durante un momento, nos suelen llegar pensamientos que nos dicen que hay que seguir, que hay que responder a ese correo electrónico, pasar la aspiradora o preparar la comida. Estas llamadas de atención pueden parecer muy apremiantes y puede que nos sintamos obligados a actuar. Lo que está ocurriendo en realidad es que nuestro ego intenta impedir que estemos quietos, porque su función es decirnos que necesitamos «hacer» o «lograr» y que no somos bastante tal y como somos.
La adicción a estar ocupados
Suelo tener una lista de cosas que hacer. La autodisciplina es un atributo importante que nos permite hacer las cosas, pero en ocasiones lo que nos gustaría hacer puede acabar siendo una tarea porque lo estamos haciendo con la sensación de necesitar aprobación, por miedo al fracaso o por no querer decepcionar a los demás. Por ejemplo, escribir este libro es algo que me gusta hacer, pero solo cuando me siento inspirada. Hay días en que siento la presión de tener que escribir algo porque se acerca una fecha de entrega, pero...




