E-Book, Spanisch, Band 87, 152 Seiten
Reihe: El Árbol del Paraíso
Warburg / Bing / Ghelardi Diario romano
1. Auflage 2016
ISBN: 978-84-16964-14-7
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
E-Book, Spanisch, Band 87, 152 Seiten
Reihe: El Árbol del Paraíso
ISBN: 978-84-16964-14-7
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Aby Warburg (1866-1929) fue un historiador del arte, célebre por sus estudios acerca de la supervivencia del paganismo en el Renacimiento italiano.
Autoren/Hrsg.
Weitere Infos & Material
1929
Quod bonum felix faustamque sit
Warburg: 1 de enero de 1929: al pedirle nuevos monumentos mitraicos, Curtius responde: en Capua y en el relieve Dieburg. Su respuesta lleva implícitos el alcance y la imponencia global del problema.
Tengo intención de leer el ensayo de Schiller sobre historia universal.
La colega Bing expresa su satisfacción por mi conferencia florentina de 191311. Debería valorar la posibilidad de colocar la Justicia de Trajano al principio (problema de la inversión energética; Donatello, Duccio) y el espejo cóncavo (Auffangspiegel) holandés; Medea-Rembrandt al final.
Un tétrico día de lluvia sin salidas (hasta ahora no previstas) evoluciona hacia una conclusión llena de esperanza gracias a la lectura De los heroicos furores (I) de Giordano Bruno; hay que pasar por las catacumbas de la lógica vital e imprevisible de su pensamiento para llegar a la osadía lógica y suprapersonal de su corazón heliotrópico:
«¿Quién aquello que me estorba y que me place...?»12:
2.I.192[9]: una carta de aprobación de Cassirer; es una gran ayuda. Con los Neumeyer en los Aposentos Vaticanos para comprender la función de la formación estilística en Rafael.
Por la tarde, la Expulsión de Bruno. Por la noche, Los heroicos furores (II).
La conferencia de Reitzenstein ha ido muy bien.
Tengo que pedirle a Olschki la factura detallada de la biblioteca Bruno.
La colega Bing propone que Neumeyer podría publicar la colección Ramboux (buena idea). Neumeyer está contento. No sé si Steinmann se atreverá. Preguntarle a Kötschau.
En la nota 49 (Kuhlenbeck) del Plotino de Kiefer, p. 7, se define la triple doctrina como «artística, filosófica y erótica», y la del genio según la doctrina de la locura. Comparar Lactancio-Leonardo Bruni.
Le he telegrafiado a Leonardo Olschki que, de momento, no me parece necesario que nos veamos.
Bing: 3.1.[1929]: Museo de Letrán: difícil, incluso después de prepararme con Riegl. Por lo menos, ahora tengo claras las principales etapas de la evolución tardorromana-paleocristiana, y me fijo en muchas cosas que antes me habrían pasado desapercibidas. El Baptisterio: planta central (circular) con una estructura de columnas en el centro, en la que se sostiene un arquitrabe que, a su vez, sujeta una estructura de columnas mucho más livianas. Esto, a diferencia, por ejemplo, de Santa Costanza y Santo Stefano Rotondo, hace que la girola y la parte central se encuentren debajo de la misma bóveda y, por tanto, estén a la misma altura.
Algo que me ha impresionado profundamente de la Escalera Santa: muchos la suben de rodillas en recuerdo del viacrucis de Jesús hacia Pilatos (dicen que los cruzados llevaron la escalera a Roma).
4.1.[1929]: Palazzo Farnese. El amable y elegante embajador francés nos ha guiado por las dependencias privadas. Tapices espléndidos, muy bellos. He estudiado las distintas profundidades de los espacios en [Annibale] Carracci y lo cierto es que se pierde una concepción espacial homogénea. La Biblioteca Angélica es un espacio magnífico: tres pasillos con siete hileras de libros cada una, de más de tres metros de altura, todas llenas (el lomo de los libros antiguos en cuero o pergamino). Lástima de frío glacial, de silencio sepulcral y de un viejo bibliotecario miope que casi no puede leer los grandes catálogos. Radini (=Tedeschi): Oratio contra Lutherum e Hexasphaerium para León X.
5.1.[1929]: con Brauer en San Pedro, casi dos horas. Hemos visto todos los monumentos funerarios. La Cátedra de San Pedro me sigue causando una gran impresión. La Piedad de Miguel Ángel está en un lugar tan alto que casi no se puede ver su delicada estructura. El Barroco insulta a un amigo florentino: la Tumba de Inocencio VIII (Cybò) de Verrocchio disgregada y colocada en un marco ajeno y hostil, con incrustaciones de mármol. La instructiva escalada de la cúpula; desde aquí, unas espléndidas vistas de la ciudad bañada por el sol, que yacía en la llanura nítidamente iluminada por la luz y las montañas nevadas que se elevaban, frías, hacia las nubes. Brauer está bien informado y me ha relatado de forma cautivadora las fases esenciales de la historia de la construcción de San Pedro.
Warburg: 5.1.192[9]: buscar la Calipsichia de Radini.
Le he escrito a Max [Warburg]. He empezado con Noack en el arco de triunfo. Una carta bonita de Reitzenstein. Usener sería nuestro protector común. Pasquali dice que el profesor Bonaiuti no puede dar clases en la Universidad de Roma porque lo han excomulgado.
El «espejo cóncavo nórdico» me proporcionará una conclusión insólitamente clara y demostrativa para la conferencia sobre Ghirlandaio. El padre Silva Tarouca (pariente de Franz Joseph), bibliotecario en la Vaticana, me ha informado de que el catálogo general de libros impresos ya está listo y podría estar disponible dentro de un par de meses. Quizá encuentre ahí varias ediciones del Abyssus de Radini.
6.1.1929: una atmósfera más clara.
Como en Santa Domitila ya no hacen visitas guiadas, he ido a San Calixto, donde celebran la misa en las catacumbas. El obispo (?) Schmitz dice misa y sermón. Un monje trapense alemán (Hesse) nos guía muy amablemente. Igual que san Francisco, nos habla de leprosos agonizantes que cantaban.
He empezado con Beyersdorf, Bruno y Shakespeare.
Una carta muy útil de Saxl.
Es difícil entrar en el ambiente del congreso de estética de Hamburgo.
Muy breve sobre Lévy-Bruhl.
Muy inteligible sobre el excelente Reitzenstein. Pero hay algo discordante en el hecho de que Reitzenstein, Ruben y Saxl no se hablen en mi casa. Espero con impaciencia la carta de Reitzenstein.
En la salida de las Catacumbas de San Calixto, en lo alto de la escalera, un joven dominico (cabeza vital con abundante pelo azabache) me pregunta: «¿Usted es alemán?». «Sí, pero he vivido mucho tiempo en Italia». «¿Le gusta Italia?». «Sí». «Entonces vamos a ser buenos amigos». Me tiende la mano y se la estrecho. En su espontaneidad simpática, hay una pizca de teatralidad y rutina.
En las catacumbas, veo la inscripción de unos cónyuges: «Sine querela vixit».
7.[1.1929]: en la Biblioteca Vaticana. La colega Bing ve por primera vez los códices Reg. 1283 y Opicinus (un monstrum). La señorita Sellschopp está estudiando a Propercio. Un clérigo (Montabaur) nos entrega dos manuscritos astrológicos como addenda para Saxl. Me quiere enseñar un manuscrito que se parece a la Calipsichia y que debió de copiar Trithemius.
Aún no he recibido carta de Reitzenstein. Le he escrito a Saxl que Meier, con su alma mutilada de guerra, una vez acorralado, encontraría en mí un defensor.
Le he presentado a Nogara una reclamación contra el vigilante de las Catacumbas de Domitila.
Hay que añadir la Hypnerotomaquia.
Saxl escribe que Max [Warburg] ya no se opone a mi viaje a América; «too good to be true», pero ya no estoy en condiciones de hacerlo físicamente.
No está previsto que vaya a Zeug (solo queríamos quedarnos seis-ocho semanas). Faltan pantalones, señala Alber; le he preguntado si le gustaría llevar tantos pantalones como libros. Contesta que no, obviamente por motivos científicos y también porque habría demasiada ropa que cepillar.
Bing: 6.1-11.1: he empezado a visitar la Roma barroca. Las indicaciones de Riegl y, en una tarde, las de Brauer, me han abierto los ojos en lo tocante a las diferencias sutiles de los espacios interiores y las fachadas.
La iglesia del Gesù, Sant’Ignazio, Santa Susanna, Santa Maria della Vittoria (donde está la Santa Teresa de Bernini), San Carlo delle Quattro Fontane (Borromini), Sant’Andrea sul Quirinale (Bernini, que parece más contenido y armonioso comparado con los excesos arquitectónicos de Borromini), Sant’Agnese en la Piazza Navona, con la fuente de Bernini, caracterizada por la paradoja barroca de dejar un agujero en la base, exactamente donde se requiere el máximo punto de apoyo para el obelisco, me recuerda las representaciones paleocristianas de los cuatro ríos del mundo que brotan de las rocas (por ejemplo, en San Clemente). ¿Esta coincidencia se podría explicar desde un punto de vista histórico-espiritual?
Al visitar la antipática Biblioteca Alejandrina, he estado mirando el hermoso patio, cerrado de una manera muy rara, de la iglesia de Sant’Ivo, de Borromini, caracterizada por una serie de curvas cóncavas y convexas que avanzan y retroceden, dispuestas una contra otra. Curvas que, en la parte superior de la cúpula helicoidal, se diluyen vertiginosamente en el aire.
Pintura: Caravaggio y Domenichino en San Luigi dei Francesi. Caravaggio es muy impresionante. Existe un grado inicial rembrandtiano en el aburguesamiento y la aparente falta de solemnidad de la representación de Cristo. Visita al conde Sanseverino-Vimercati, con Ernst Robert Curtius y la señora Neumayer, para ver la Pietà Rondanini de Miguel Ángel.
Una mañana, con la ayuda de Justi, estuve mirando...