Nacach | ¡Fútbol! Mucho más que un juego | E-Book | sack.de
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E-Book, Spanisch, Band 23, 180 Seiten

Reihe: Las Tres Edades / Nos Gusta Saber

Nacach ¡Fútbol! Mucho más que un juego

E-Book, Spanisch, Band 23, 180 Seiten

Reihe: Las Tres Edades / Nos Gusta Saber

ISBN: 978-84-16749-48-5
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)



«El fútbol nos sirve para enseñar valores a nuestros niños y jóvenes, que aprenden a jugar en equipo y a compartir responsabilidades y esfuerzos». De la introducción de Vicente del Bosque
La vida es juego y el fútbol es amistad: esta es la idea que ¡Fútbol! Mucho más que un juego propone a sus jóvenes lectores. Con introducción de Vicente del Bosque e ilustraciones de María Pascual, en sus páginas descubriremos el origen y la evolución de un juego de pelota practicado ya por culturas ancestrales, que a principios del siglo XX se convirtió en el mayor espectáculo de masas jamás conocido por la historia. Pero no solo de historias vive el futbolista que llevamos dentro, por lo que en este libro encontraremos también una serie de prácticos consejos para aprender jugando al fútbol, desde la cabeza hasta los pies.
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El rito que se juega
Rito (Del latín ritus) 1. m. Costumbre o ceremonia. 2. m. Conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas. Fuente: Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española. En la Grecia antigua o clásica, los festivales de atletismo eran a la vez ritual religioso y formas de expresión artística, por lo que podemos decir que se alejaban mucho de la idea que tenemos hoy de la competición deportiva. El juego y el arte eran más importantes entonces que el deporte y la competición. De hecho, en esas épocas de ritos y consagraciones rituales, ocurría que cuanto más cerca estaba el juego del arte, más se alejaba el juego del deporte. La Roma imperial también tuvo ritos de gran relevancia, conquistó el área mediterránea a golpe de gladius un par de siglos antes del comienzo de la era cristiana. Y si bien para aquellos romanos el origen de las competiciones atléticas tuvo, en un principio, carácter sagrado o ritual, muy pronto se profesionalizaron. Porque para la Roma imperial el ejercicio físico se entendía solo desde la eficacia militar, de modo que los torneos atléticos se convirtieron muy rápidamente en espectáculos de competición deportiva más que en espectáculos de celebración ritual. Los emperadores romanos Julio César, Nerón o Augusto fueron magníficos conocedores de las virtudes del espectáculo empleado como instrumento político, para mantener contentas a las masas populares. Sin ir más lejos, pensemos que el Circus Maximus de Roma llegó a congregar a doscientos cincuenta mil asistentes, es decir que... ¡triplicaba el aforo de casi setenta y nueve mil espectadores de un campo modernísimo como el estadio Maracaná de Río de Janeiro en Brasil! Seguramente, a los comerciantes de los puestos de bocadillos, de refrescos y de bufandas les iría muy bien el negocio por aquellos días, si pensamos que las famosas carreras de cuadrigas podían llegar a durar... ¡un día entero! ¿Comenzó la Grecia clásica a intuir el potencial de las competiciones atléticas? ¿Sembró la Roma imperial la semilla que alumbraría el deporteespectáculo contemporáneo? No debería extrañarnos, pues, como es sabido, muchas cosas les debemos a los griegos y a los romanos de la Antigüedad... Si cambiamos de época y de continente, pero sin cambiar de juegos de pelota practicados como celebraciones rituales, vemos que el tlachtli, juego de pelota practicado en Mesoamérica desde el año 1400 a. C., cumplía una fuerte función ritual. Según los historiadores, el juego de pelota mesoamericano llegaba a ser un sustituto de la guerra a través del cual se resolvían conflictos más o menos importantes, desde la distribución de tierras al pago de tributos, e incluso dirimía cuál de los dos líderes representados por sus equipos sería el jefe de una población. El tlachtli ha vivido una trayectoria larga y fértil, hasta el punto de que actualmente se sigue practicando en algunas regiones de América Central. Analicemos a continuación, uno por uno, estos juegos de pelota que hemos comenzado a pincelar, una serie de ritos jugados que constituyen, en definitiva, ancestros de nuestro querido juego del fútbol. Un ritual de seda: el kemari japonés El kemari era un juego de pelota que se practicaba en Japón desde el siglo VI, una versión organizada del cuju chino. Hoy en día, es posible presenciar partidos de kemari en algunas regiones de Japón, pero con motivo de festivales y actos tradicionales. En realidad, el kemari no era un juego en el que hubiera, como en (casi) todos los juegos y sin duda en todos los deportes, un equipo vencedor y otro vencido. Como el objetivo del juego era mantener en el aire el balón entre todos los jugadores, pasándoselo unos a otros con ayuda de los pies, o ganaban todos, o todos perdían. Aunque existen historiadores del deporte que afirman que ganaba el equipo que más toques era capaz de dar al balón sin que este cayera al suelo. El número de participantes, llamados mariashis, variaba entre seis y doce. La pelota, llamada mari, tenía unos veinte centímetros de diámetro y estaba fabricada con cuero de ciervo relleno de serrín. El juego se desarrollaba en una cancha llamada kikutsubo, que tenía unos quince metros de largo, pero el tamaño del campo podía variar según la cantidad de jugadores participantes. Desde luego no podían jugar al kemari los cientos e incluso miles de jugadores que, pocos siglos más tarde, practicarían el hurling a lo largo y ancho de la campiña inglesa... Muchos ritos se combinaban en el juego, como los gritos específicos que debían proferir los jugadores al pasarse el balón, o los árboles plantados en las cuatro esquinas que delimitaban el terreno de juego, que simbolizaban las cuatro estaciones del año. También el llamado kariginu, el traje con el que se practicaba, hecho de seda y con largas mangas, era parte de las características rituales del kemari. En su época de esplendor, entre los siglos X y XVI, los jugadores más brillantes de kemari solían disfrutar de fama y reconocimiento, y eran recompensados con favores y regalos del emperador de turno. Si bien el kemari al comienzo fue practicado por las clases aristocráticas japonesas y las élites instaladas en el poder, poco a poco se fue extendiendo al resto de las clases sociales más populares. Esta situación es bastante habitual a lo largo de la historia de los juegos y de los deportes, que empiezan a practicar las clases con más tiempo de ocio y luego se aficionan a ellos las clases populares. ¡Si parece que donde hay un balón nadie puede resistirse! Mente sana en cuerpo sano: la esferística griega y el harpastum romano Imaginemos, por ejemplo, que los gimnasios griegos de la época de Platón y de Aristóteles... ¡tenían bibliotecas! En lugar de correr en la cinta estática del gimnasio escuchando música motivadora en el móvil o el reproductor de mp3, como hacemos nosotros, ¿será que estas mentes privilegiadas hacían abdominales mientras alguien a su lado recitaba versos de La Odisea de Homero? ¡La imagen no deja de ser divertida! Si pudiéramos fotografiarla y subirla a las redes sociales, seguro que se convertiría en un fenómeno viral en internet... En estos centros, la actividad física y el cultivo de la mente iban de la mano, porque el cuidado del cuerpo estaba ligado al cuidado espiritual. De hecho, el nombre de uno de los más célebres pensadores griegos, Platón, significa en griego «el de anchas espaldas», ya que el filósofo destacó como luchador en su juventud, y según las crónicas poseía una forma física envidiable. La Grecia de Pericles, que tantas artes y ciencias vio florecer bajo su gobierno en el siglo V a. C., conocía un juego de pelota llamado esferística. Herodoto, que vivió entre el 484 y el 425 a. C., y que es considerado el padre de la historia, señalaba en su obra Los nueve libros de la Historia una función ciertamente interesante para los juegos de pelota. Según él, como «bajo el reinado de Atis se experimentó en Lidia una gran carestía de víveres, discurrieron varios entretenimientos e inventaron los dados, las tabas, la pelota y otros juegos para divertir el hambre y que los habitantes no pensaran en comer». ¡Menuda información nos brinda Herodoto! ¿El fútbol como entretenimiento de la gente para distraer al estómago del hambre? Algunos historiadores consideran que haber promocionado el juego de pelota con el objetivo de «entretener las hambres de sus súbditos» convierte a Atis en el primer gobernante que se valió del deporte para manipular a las masas... Según el historiador griego Pollux, que vivió en el siglo II, en el Peloponeso el epyskiros y el epyscire fueron juegos de pelota bastante populares, y se jugaban en espacios delimitados llamados scyras. El feninde fue un juego similar practicado en Grecia en el siglo III. ¿Sabías que...? Podríamos considerar a Homero, que vivió alrededor del año 850 a. C., el autor de la primera cita literaria «futbolística». En el canto VI de La Odisea, Homero relata la llegada de Odiseo a Feacia, y allí nos cuenta cómo Atenea intenta despertarlo, y para hacerlo «lanzó una pelota a una sierva/ más erró y fue a caer la pelota en un gran remolino/ y gritaron muy fuerte, y al punto Odiseo divino despertó». También en La Odisea Homero describe un...


Nacach, Pablo
PABLO NACACH (Buenos Aires, 1969) es sociólogo y doctor en Filosofía. En su Argentina natal fue futbolista en las categorías inferiores del Club Atlético Platense, y gran parte de su producción literaria está vinculada al estudio del fútbol como fenómeno histórico y sociológico. Vive desde hace veinte años en España, donde trabaja como periodista y escritor.

PABLO NACACH (Buenos Aires, 1969) es sociólogo y doctor en Filosofía. En su Argentina natal fue futbolista en las categorías inferiores del Club Atlético Platense, y gran parte de su producción literaria está vinculada al estudio del fútbol como fenómeno histórico y sociológico. Vive desde hace veinte años en España, donde trabaja como periodista y escritor.


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