Sus principales ideas para Estados Unidos
E-Book, Spanisch, 192 Seiten
Reihe: Especiales
ISBN: 978-84-949693-6-2
Verlag: CAPITÁN SWING LIBROS
Format: EPUB
Kopierschutz: Wasserzeichen (»Systemvoraussetzungen)
El mensaje resonó con fuerza en el Partido Demócrata y en las filas republicanas independientes, así como en la clase trabajadora y amplios sectores de la clase media, incluyendo millenials, personas mayores, inmigrantes, veteranos, ambientalistas, sindicalistas, etc.
Jonathan Tasini recopila en este volumen algunos de los mejores discursos, declaraciones públicas y entrevistas de Bernie Sanders, dejando claro su espíritu en defensa de las clases populares a través de una serie de propuestas básicas que constituyen una de las agendas políticas más amplias e inclusivas de Estados Unidos.
Una lectura obligada para cualquiera que comparta una visión de futuro común, sostenible y justa, y sobre todo que esté dispuesto a intentar cambiar el curso de la historia.
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Introducción
«Bernie ha sido un defensor incansable de los niños y ha promovido la financiación y legislación en favor del sostenimiento público de las necesidades básicas de las familias trabajadoras y sus hijos. A diferencia de muchos otros políticos, él sabe lo que cuestan el combustible de calefacción del hogar, la gasolina del coche, los cuidados infantiles y las matrículas universitarias». DONNA BAILEY, directora ejecutiva del Addison County Parent/Child Center, Middlebury, Vermont[2] «No hay ningún dirigente al que los habitantes de Vermont hayan respetado y votado de la forma en que respetan a Bernie porque saben que él siempre piensa mucho lo que dice y siempre defiende lo que piensa». BILL MCKIBBEN,, ecologista y escritor de Vermont[3] El 26 de mayo de 2015, un hermoso día en Burlington, Vermont, el senador Bernie Sanders presentó su campaña presidencial ante millares de seguidores entusiastas. Había dedicado muchos meses a sopesar si participaba o no en la carrera presidencial y a consultar a personas de todo el país. A muchos les decía que le encantaba el cargo que ocupaba en ese momento, desde el cual podía servir a los intereses de la población de Vermont. También decía que no se despertaba todas las mañanas con el deseo irrefrenable de ser presidente de Estados Unidos. Pero, aun sabiendo con certeza el profundo reto financiero y físico que comporta una carrera presidencial por todo el país, reconocía también que el país está en crisis. Cree que es un momento singular porque personas de todo el espectro político, en todos los estados, anhelan soluciones que aborden la brecha histórica entre ricos y pobres, y porque ambos partidos políticos no han logrado presentar un liderazgo que anteponga a las personas. Este es el texto completo de su anuncio, que ofrece una panorámica general de cuál es su concepción de una revolución política; una panorámica que el resto de este libro desglosa y analiza con más detalle. — J.T. Muchas gracias a todos por haber venido y por el apoyo que me habéis prestado durante todos estos años: como alcalde de esta gran ciudad, como único congresista de Vermont y, ahora, como senador. Gracias también a mis amigos y compatriotas de toda la vida de Vermont: Bill McKibben, Brenda Torpey, Donna Bailey, Mike O’Day y Ben [Cohen] y Jerry [Greenfield], gracias por todo lo que hacéis y por vuestros muy generosos comentarios. Gracias también a Jerry Nelson por ejercer de moderador de este acto y por tu papel destacado en la agricultura de Vermont. También quisiera dar las gracias por su cariño y apoyo a toda mi familia; a mi esposa Jane, a mi hermano Larry, a mis hijos Levi, Heather, Carina y Dave, y a mis siete preciosos nietos: Sonny, Cole, Ryleigh, Grayson, Ella, Tess y Dylan, que tanta alegría dan a mi vida. Hoy, aquí, en nuestro pequeño estado —un estado pionero en la nación en tantos aspectos—, me enorgullece anunciar la presentación de mi candidatura a presidente de Estados Unidos de América. Hoy, con vuestro apoyo y con el apoyo de millones de personas de todo el país, iniciamos una revolución política para transformar nuestro país desde el punto de vista económico, político, social y medioambiental. Hoy nos ponemos en pie para decir con voz alta y clara: «Ya está bien. Esta gran nación y su gobierno pertenecen al pueblo, no a un puñado de multimillonarios, ni a sus súper Comités de Acción Política y sus grupos de presión». Hermanos y hermanas: Ha llegado el momento de pensar en pequeño. No son tiempos para repetir las mismas viejas políticas de la clase dominante, ni las rancias ideas del núcleo y el entorno de la burocracia federal de Washington. Ha llegado el momento de que millones de familias trabajadoras se unan, revitalicen la democracia estadounidense, pongan fin al desmoronamiento de la clase media de nuestro país y garanticen que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de una calidad de vida que les reporte salud, prosperidad, seguridad y alegría; y de que vuelvan a hacer de Estados Unidos el líder mundial de la lucha por la justicia social y económica, por la sensatez medioambiental y por un mundo en paz. Compatriotas estadounidenses: este país se enfrenta hoy día a problemas más graves de los que le hayan aquejado en cualquier otra época desde la Gran Depresión y, si incluimos la crisis planetaria del cambio climático, podría suceder perfectamente que los retos que afrontamos ahora sean más acuciantes que en cualquier otra época de nuestra historia moderna. Esta es la promesa que os hago para esta campaña. No solo lucharé para proteger a las familias trabajadoras de este país, sino que todos vamos a construir un movimiento de millones de estadounidenses que están preparados para alzarse y contraatacar. Vamos a llevar esta campaña directamente a la gente: mediante mítines urbanos, con conversaciones puerta a puerta, en las esquinas de las calles y a través de las redes sociales; y para eso está, a propósito, BernieSanders.com. Esta semana estaremos en New Hampshire, Iowa y Minnesota; y no es más que el principio de una intensa campaña de base. Digámoslo con claridad. Esta campaña no se trata de hablar de Bernie Sanders. No se trata de hablar de Hillary Clinton. No se trata de hablar de Jeb Bush, ni de ningún otro. Esta campaña trata de las necesidades del pueblo estadounidense y de cuáles son las ideas y propuestas adecuadas para responder con eficacia a esas necesidades. Mi campaña, la de alguien que jamás en su vida ha lanzado consignas políticas para desprestigiar a los adversarios, estará impulsada por temas y debates serios; no por chismorreos políticos, no por temerarios ataques personales, ni por difamaciones. Esto es lo que creo que el pueblo estadounidense quiere y merece. Espero que los demás candidatos coincidan conmigo y espero que los medios de comunicación permitan que se desarrolle en estos términos. En una sociedad democrática, la política no debería recibir el tratamiento que recibe un partido de béisbol, un concurso televisivo o un culebrón de radio. Corren tiempos demasiado difíciles para hacer eso. Permitidme que dedique unos minutos a aludir someramente a algunos de los temas que desarrollaremos en los próximos meses y que, a continuación, os ofrezca un esbozo de Programa para Estados Unidos que, de hecho, abordará estos problemas y nos conducirá a un futuro mejor. Desigualdad de renta y riqueza Hoy día vivimos en el país más rico de la historia del mundo, pero este hecho significa muy poco para la mayoría de nosotros porque casi toda esa riqueza es propiedad de un diminuto puñado de individuos, que son quienes la controlan. En Estados Unidos hay ahora más desigualdad de renta y riqueza que en cualquier otro país importante de la Tierra, y la brecha existente entre los más ricos y todos los demás es más amplia que en cualquier otro momento desde la década de 1920. El asunto de la desigualdad de renta y riqueza es la cuestión moral más importante de nuestro tiempo, es la gran cuestión económica de nuestro tiempo y es la gran cuestión política de nuestro tiempo. Y nosotros la abordaremos. Permitidme que hable con claridad. Hay algo profundamente equivocado en el hecho de que el 0,1 por ciento más rico de la población posea casi tanta riqueza como el 90 por ciento más pobre, y en que el 99 por ciento de toda la riqueza nueva que se crea vaya a parar al 1 por ciento más rico. Hay algo profundamente equivocado en que, como hemos visto en los últimos años, el número de millonarios y multimillonarios haya aumentado en el mismo periodo de la historia en el que millones de estadounidenses trabajan más horas a cambio de un salario más bajo, y en el que tenemos la tasa de pobreza infantil más elevada de cualquier país importante de la Tierra. Hay algo profundamente equivocado en que una familia posea más riqueza que los 130 millones de estadounidenses más pobres. Este grotesco grado de desigualdad es inmoral. Es fruto de una economía errónea. Es insostenible. Este tipo de economía amañada no es propia de aquello en lo que se supone que consiste Estados Unidos. Esto tiene que cambiar y, como presidente vuestro, lo cambiaremos juntos. Economía Pero no se trata solo de desigualdad de renta y de riqueza. Se trata de la trágica realidad de que en los últimos 40 años ha venido desapareciendo la gran clase media de nuestro país, otrora envidia del mundo. A pesar del explosivo desarrollo de la tecnología y del incremento de la productividad de los trabajadores, la renta familiar media es casi 5.000 dólares más baja de lo que era en 1999. En Vermont, y por todo el país, no es raro que las personas tengan dos o tres empleos solo para tratar de reunir los ingresos suficientes para sobrevivir y disfrutar de unas cuantas prestaciones básicas de atención sanitaria. Lo cierto es que la cifra de desempleo real no es del 5,4 por ciento que leemos en los periódicos. Si incluimos a los trabajadores que han dejado de buscar empleo, o a quienes trabajan a tiempo parcial pero querrían trabajar a tiempo completo, se aproxima al 11 por ciento. El desempleo juvenil supera el 17 por ciento y el desempleo juvenil entre población afroamericana es muy superior. Es vergonzoso que, hoy día, tengamos 45 millones de personas que viven en la pobreza, muchas de las cuales ocupan empleos de baja...